La música está presente en nuestras vidas desde que estamos en el vientre materno. La palabra misma proviene de la Grecia Antigua, haciendo referencia al arte o conjunto de técnicas propias de las musas. Estas son las deidades que concedían la inspiración para la creación de obras artísticas y literarias. De la tradición griega, entonces, se deriva que la música es una fuente de estímulos, capaz de desencadenar los más variados sentimientos, según la forma en cómo estén dispuestos los sonidos y sus principios básicos: el ritmo, la melodía y la armonía.
Todo este potencial ha sido empleado por psicólogos y expertos en mercadeo para incidir en la mente del público. Hoy tenemos música relajante en el metro y las salas de espera para calmar las tensiones. Hay playlist con artistas de moda en las tiendas para sugerir que se está en sintonía con las tendencias. Los videojuegos tienen música estimulante para enganchar a los jugadores. Incluso las máquinas tragamonedas disponibles en Vulkan Vegas Ecuador incorporan música original para enriquecer la experiencia.
En las siguientes líneas revisaremos los efectos que puede tener la música en el estado de ánimo y la salud. Te sorprenderás de cómo puede ayudar al aprendizaje, la memoria y el buen humor a cualquier edad.
La influencia de la música en los más pequeños
Los sonidos forman parte de los primeros estímulos significativos que recibimos en la vida. Incluso antes de nacer, se ha comprobado que los fetos reaccionan a voces familiares y a sonidos diversos. Somos capaces de percibir la música mucho antes de comenzar a ver, oler o degustar, por lo que, a lo largo de toda nuestra vida, esta tiene un impacto enorme en nuestra memoria.
Las preferencias y gustos musicales de cada individuo en la edad adulta están determinadas por experiencias y recuerdos de la infancia, por esto se afirma que se trata de algo subjetivo. Sin embargo, la mayoría de nosotros tenemos respuestas similares a determinados tipos de música. Es bien sabido, por ejemplo, que las canciones de cuna y los arrullos de la madre calman y consuelan a los bebés inquietos. En parte porque les conectan con los primeros sonidos escuchados cuando aún estaban en fase de gestación. También porque el ritmo propio de este tipo de canciones está hecho para despertar estados de somnolencia y relajación.
Para el aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognitivas la música también es clave. Los maestros de niños en edad escolar utilizan frecuentemente canciones para ayudarles a memorizar cuestiones como el abecedario, los colores, los nombres de los animales o los tiempos verbales. Asimismo, la música alegre y movida ubica a los más pequeños en un estado de ánimo propicio para jugar y aprender, motivo por el cual es usada como recompensa o refuerzo de las lecciones. No podemos dejar de mencionar además que tiene un componente socializador, ayuda a los niños (así como también a los adultos) a integrarse más fácilmente en actividades grupales.
El uso de la música para calmar la ansiedad
Es muy frecuente que los profesionales de la salud mental recomienden ciertos tipos de música a sus pacientes para calmar estados de ansiedad. Es un hecho que las piezas musicales relajantes ayudan a disminuir el estrés en diversas situaciones. Ya sea antes de un examen o reunión de trabajo importante, en los consultorios médicos y hasta durante las intervenciones quirúrgicas. La música suave y calmada es un gran aliado para combatir la ansiedad y los nervios de todos.
Por otro lado, la música está estrechamente entrelazada con la memoria. Al igual que ocurre con el sabor de la magdalena y el té en la famosa novela de Proust, escuchar una tonada o una canción nos puede conectar inmediatamente con un recuerdo de la infancia, desencadenando la sensación de confort y familiaridad. Por eso, todos tenemos piezas musicales precisas que repetimos una y otra vez en nuestros audífonos, esas que nos tranquilizan y nos trasladan a momentos particulares.
Los beneficios de la música en la tercera edad
Tal como sucede con los más pequeños o las personas ansiosas, la música es un importante disparador de emociones en los ancianos. Se ha demostrado en diversos estudios que puede prevenir o retrasar el deterioro cognitivo natural de las personas en edad avanzada. Por un lado, ayuda a evocar recuerdos más claramente y, por otro, estimula el aprendizaje de nuevas habilidades y la creación de conexiones neuronales.
Aunado a estos beneficios, la música también tiene un papel en la segregación de endorfinas, que son los neurotransmisores que proporcionan felicidad y bienestar. Las respuestas emocionales a las piezas musicales pueden ser muy positivas en adultos mayores, es un recurso de valor incalculable en las terapias y sesiones de profesionales destinadas a mejorar su salud general. Por si fuera poco, escuchar música movida también los incentiva a moverse, bailar y practicar ciertos tipos de ejercicios, necesarios para mantener el cuerpo activo y saludable.