El viaje de Michell Stella, un joven venezolano de 21 años de edad, ha sido una odisea que lo llevó desde el pequeño pueblo de Naranjales, estado Táchira, hasta las glamorosas pasarelas de Nueva York. Michell, que ahora modela en la New York Fashion Week, enfrentó retos inimaginables, incluyendo cruzar la peligrosa selva del Darién.
“Hubo muchas situaciones en donde me dije ‘bueno Michell, hay dos caminos: suicidarse o transformar todo lo que te está pasando como persona y seguir adelante’”, contó Michell a BBC Mundo. Atravesar el Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, no fue para él la parte más difícil de su vida.
Desde su infancia en Venezuela, Michell, identificado como persona queer, enfrentó acoso y violencia. “Siempre viví en una familia disfuncional… que me abandonó. Todos los días me cuestionaba por qué se fue con él, por qué me dejó con mi papá, que es alcohólico, violento, homofóbico”, relató desde su casa en Nueva York.
A los 17 años, Michell Stella se mudó a Caracas para perseguir su sueño de modelar. Aunque inicialmente fue rechazado por los estereotipos rígidos en Venezuela, nunca perdió la esperanza. Intentó ir a México, pero las restricciones migratorias lo llevaron a tomar una decisión drástica: cruzar el Darién. “Claramente Dios tenía un propósito en mi vida: quería que pasara por la selva”, comentó.
El viaje por la selva fue una experiencia traumática. “Un chico me agarró del bolso y me tiró a la orilla. Yo no sé nadar. Si no fuera por él, no lo estaría contando”, recordó Michell sobre un momento crítico en el Darién. Después de meses de travesía por varios países, finalmente llegó a Estados Unidos gracias a la aplicación CBP One, que facilitó su solicitud de asilo.
Hoy, Michell Stella es un modelo emergente en la escena de la moda neoyorquina, con casi 36 mil seguidores en Instagram. Aunque trabaja en restaurantes para mantenerse, su determinación y resiliencia lo han llevado a desfilar en la New York Fashion Week. Su historia es un testimonio de perseverancia y esperanza en medio de la adversidad.