Vía Appia celebra 40 años de trayectoria sirviendo a un público sofisticado y exigente

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Algunos dicen que la cocina es un arte, otros que es un paraíso donde los sabores desatan suspiros. Lo cierto es que es un lugar donde muchas veces los secretos de los ancestros se encuentran para recrear memorias, y es que luego de 4 décadas y de 2 generaciones, Via Appia sigue siendo referencia de la buena comida en la ciudad, diferenciándose por mantener la fidelidad en las recetas heredadas por la familia Fallone con los más exclusivos ingredientes y el cuido en la presentación en cada uno de sus platos.

Esta increíble aventura comenzó en 1972 por los esposos Marisa y Giuseppe “Pippo” Fallone, quienes acompañados de sus dos hijas Monica y Stefania llegaron a Venezuela a bordo de uno de los conocidos barcos de emigración llamado la Federico C desde Génova. Marisa y Pippo dejaron su restaurante y fábrica de caramelos en Torino, Italia; para venir a Caracas, la ciudad de la que se habían enamorado meses antes al venir de vacaciones. Con ellos trajeron varias máquinas para hacer los confetti de almendras; y una para hacer monedas de chocolate forradas en papel dorado, la pasión de Pippo. Sin embargo, sus pasos fueron nuevamente encaminados a la gastronomía y comenzaron a trabajar en un restaurante llamado “La Suprema” en El Márques en 1973, que posteriormente sería de su propiedad siendo un referente de pastas frescas, salsas y pastichos.

A mediados de los 70, abren “La Campanella”. Este restaurante se posiciona como un lugar de comida italiana auténtica y honesta, donde recetas como el cartoccio di manzo, muy de moda en la época, se hizo famoso por su rico sabor; al igual que la piccata con radicchio rosso y los panzerotti. La Campanella se caracterizó porque fue el primer restaurante en la ciudad en ofrecer un menú dirigido; esto marcó un hito entre los comensales. Los tiempos de la degustación se relacionaban con la ruta del metro de Caracas, y tenía la particularidad de que el número de platos se podía extender según el apetito.

Por lo que, en el año 1984, inicia un nuevo sueño de la familia Fallone, quienes se inspiraron en la vía que conduce a Roma con la costa Adriática de su país natal, Italia, para dar así con el nombre que materializaría su proyecto gastronómico: Via Appia, un restaurante italiano que estaba ubicado en el edificio de la CAF (Corporación Andina de Fomento), en Altamira; el mismo contó con la presencia de 2 chefs italianos para su inauguración y se destacó por ofrecer festivales culinarios y los icónicos platos de carpaccio de lomito y tortelli di zucca. Con el paso del tiempo a finales de 1990, la marca incursiona en un nuevo local en la avenida Blandín de La Castellana, que se convertiría en el centro de producción de pastas frescas y helados artesanales para el restaurante de Altamira.

En 1991, un lamentable hecho empañaría el sueño familiar. Un grave incidente en el local deja a Pippo herido. Sin embargo, Via Appia continúa abriendo sus puertas bajo la batuta de Marisa y sus dos hijas. Mientras Pippo se recuperaba de la operación, el restaurante continúa y no es hasta junio de 1992 que lamentablemente deben cerrar. La Corporación Andina de Fomento había comprado el edificio y estaba desalojando a todos los inquilinos.

Luego de dos meses del cierre del restaurante, en agosto de 1992, abre sus puertas al público Via Appia Express en La Castellana. Esta locación que ya estaba lista pero que había permanecido cerrada al público por el incidente, enciende sus vitrinas. Es un concepto novedoso que ofrece infinidad de recetas y productos gourmet para degustar en casa. En una época en donde se acostumbraba a ir a los restaurantes, Via Appia Express comienza a estar presente en casas, oficinas y reuniones.

En 1994, se abrió nuevamente el Restaurante Via Appia en la Torre Coinasa de La Castellana, permaneciendo hasta diciembre de 1997. La familia decidió dedicarse al centro de producción de Via Appia Express para atender a un mercado que había ido aumentando cada año.

En este transitar Via Appia Express, llevó la tradición italiana a casa, logró, al igual que los restaurantes, el reconocimiento y respeto de grandes críticos gastronómicos y es que la marca fue pionera al ofrecer su exquisita oferta culinaria como delivery, reinventándose al brindar a sus comensales una excelente experiencia de compra para llevar desde comida caliente, congelados, empacados al vacío, pedidos especiales y más. Esa fórmula aún se mantiene bajo la dirección de Stefania Fallone y Gabriel Vaamonde.

Sin duda, la marca ha transitado con éxito un proceso de adecuación a los tiempos actuales, convirtiendo este lugar en un hito en la gastronomía de Caracas, no solo por ser los pioneros en este concepto, sino que a lo largo de los años han seguido innovando en recetas, procedimientos y tecnología para seguir atendiendo a las exigencias de sus clientes y ahora a través de su tienda online.

La Via Appia de Siempre para Siempre


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