Este jueves 30 de mayo de 2024, se celebró un nuevo año de tradición en San Francisco de Yare, Estado Miranda, localidad en la que se lleva a cabo la tradición de los Diablos Danzantes de Yare y este año se cumplieron 275 años de promesas.
Para conocer un poco más de la cultura, el equipo de sangría La Que Manda, organizó un recorrido para Periodistas y Creadores de contenido, con el objetivo de vivir todo más de cerca y por supuesto conocer todos los detalles referentes a la fiesta llevada a cabo por las «Sociedades del Santísimo Sacramento».
El recorrido que se inició desde la ciudad de Caracas, y estuvo dirigido por uno de sus promeseros, quien -muy amablemente- relató parte de la historia y respondió las dudas de los visitantes. Para posteriormente ser recibidos por una guía turística, que nos llevó hasta La Casa de los Diablos Danzantes de Yare, nos contó de su origen, además explicó que la fraternidad está divida por jerarquías, la historia de las máscaras y hasta el vestuario que utilizan.
Los Diablos Danzantes de Yare rinden culto al Santísimo Sacramento del Altar y se celebra el triunfo del bien sobre el mal, los promeseros visten con trajes completamente de color rojo y máscaras de apariencia grotesca, además del uso de cruces, escapularios, rosarios y otros amuletos como protección contra los malos espíritus.
En esta fiesta de la iglesia católica los Diablos danzan al son del repique de la caja, un tambor típico y bailan por las calles del pueblo, en diferentes altares y frente a la iglesia representando el desafío del mal ante el bien, pero cuando se está frente a la presencia de Jesús en la Eucaristía la máscara guinda hacia el piso como señal de rendición y no poderle vencer.
Por su parte, Edgardo Omaña, Gerente de marca Sangría La Que Manda, comentó que la unión de la marca y esta popular tradición partió desde la irreverencia y las características que reúne esta bebida que a su vez le permite adaptarse a un sinfín de celebraciones.
Vale resaltar que, los visitantes nos dimos cita el miércoles 29, es decir un día antes de la celebración oficial, este día se festeja el Corpus Christi, la diablada se concentró en la Casa de los Diablos, para posteriormente dirigirse hasta las puertas de la iglesia del pueblo y poco antes de que el reloj marcara las 12 del mediodía, danzaron con las máscaras en la cara hasta que se abrieron las puertas y estas cayeron, en señal de rendición.
Luego, al ritmo del repique de reposo de los tambores, el sacerdote procedió a dar la bendición y conceder el permiso para danzar en todo el pueblo ante todos los altares dispuestos.