Apresurado por los medios, el paparazzi relata paso a paso el instante en que inmortalizó a los duques saliendo de Windsor antes de sus compromisos separados.
Sin percatarse de la presencia de Kate al momento, afirma que la toma fue espontánea desde el vehículo en movimiento, por lo que la calidad no es optima. «Apenas alcancé a disparar», contó, y negó alteraciones e insiste que solo ajusta luminosidad.
Además, indica que sus fotos son enviadas directamente para publicación sin su intervención posterior, cumpliendo estrictos protocolos de ética periodística.
Con estas declaraciones, Bennet zanja especulaciones sobre la autenticidad de la captura, dejando claro que siempre antepone la veracidad de la información, principio que lo distingue en su labor como fotoperiodista ante la realeza británica.