Medio siglo después, la emoción de McCartney al recuperar el instrumento de sus años dorados con los Beatles

Fue un reencuentro que parecía imposible de concretar luego de más de cinco décadas. Sin embargo, el pasado 10 de febrero, la emblemática guitarra Höfner Color Sunburst robada en 1972 a Paul McCartney volvió a estar en sus manos, cerrando un capítulo que mantuvo en vilo a fanáticos de todo el mundo2 min


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Luego de más de 50 años extraviada, la guitarra Höfner Color Sunburst que Paul McCartney popularizó en los primeros éxitos de The Beatles fue devuelta a su legítimo dueño gracias a la investigación de un equipo de entusiastas seguidores y periodistas.

Todo comenzó cuando el bajo fue hurtado de la parte trasera de una camioneta estacionada en Londres mientras McCartney grababa con su nueva banda, Wings. Pese a varias pistas falsas a lo largo de los años, la determinación del ejecutivo de Höfner Nick Wass y los periodistas Scott y Naomi Jones permitió ir desentrañando el misterio: tras cotejar testimonios, revisar archivos y seguir una línea de tiempo precisa, dieron con el paradero del instrumento en una casa de Hastings.

Para McCartney, se trató de «un regalo realmente maravilloso». Mientras tanto, el ladrón original nunca imaginó la trascendencia del objeto robado apresuradamente aquella noche en Notting Hill. Su hallazgo demuestra que, a veces, la pasión y el trabajo en equipo pueden lograr lo que parece imposible.

Paul McCartney se reencontró con su guitarra

A mediados de 2023, Nick Wass recibió un correo electrónico de alguien asegurando que su padre había robado el bajo décadas atrás. Sin tomarlo muy en serio al inicio, guardó la nota a un costado.

No obstante, el avance más importante se produjo en octubre, cuando Naomi Jones halló en archivos testimonios de dos ingenieros de sonido de McCartney. Ellos declararon que aquel fatídico día de 1972 habían dejado estacionada la camioneta con la guitarra en Ladbroke Grove, Notting Hill, mientras Paul grababa cerca.

Esto encajaba con la primera pista por email. Retomando el contacto, Wass pudo corroborar que el autor efectivamente era hijo del ladrón, quien rápidamente se deshizo del botín entregándoselo a Ronald Guest, dueño del pub Admiral Blake en esa zona.

Con la ubicación y fecha precisas, el equipo enfocó los radares en el local. Tras un minucioso trabajo genealógico para dar con la familia Guest a través de registros históricos, finalmente una persona se presentó diciendo tener el bajo «escondido por décadas».

Fue así como una pista antes obviada, más el tesón de los investigadores, permitió armar el rompecabezas para devolver a McCartney una pieza irreemplazable de su pasado. Aunque por ahora, la guitarra necesita algunas reparaciones para que Paul pueda tocarla nuevamente.

El reencuentro es celebrado como un triunfo de la investigación y la esperanza por parte de quienes no perdieron la fe a lo largo de las décadas. Si bien el futuro es incierto, la guitarra que inspirara himnos queda ahora donde merece: en el lugar de la historia junto a su creador. Una lección de que, a veces, los finales felices son posibles cuando la unión y la mirada hacia adelante guían la marcha.


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