A pocos días de anunciarse que comenzó su terapia contra la enfermedad, el rey, Carlos III eligió mostrar su lado más espiritual al acudir a la iglesia por primera vez desde que fue diagnosticado con cáncer.
Carlos III y Camilla arribaron a pie a la Iglesia de Santa María Magdalena, y saludaron cordialmente a los presentes. Tras ser recibido por el párroco Paul Williams, el monarca presidió la ceremonia con buen semblante. Su presencia transmitió normalidad a pesar del diagnóstico conocido recientemente.
El diagnóstico de Carlos III llegó solo 17 meses después de que asumiera el trono, y finalmente el 5 de febrero decidió ir a tratarse a su residencia en Sandringham, la casa privada de los últimos seis monarcas británicos, que se encuentra en medio de zonas verdes, jardines y granjas. Ha sido propiedad de la familia real desde 1862.