A solo un día de revelarse que sufre cáncer, Carlos III abandonó su residencia de Clarence House visiblemente emocionado, pero manteniendo la compostura.
El rey, Carlos III, saludó desde el automóvil real a las personas congregadas a la salida del palacio, donde se le vio con los ojos enrojecidos. El encuentro se produjo luego de recibir la visita sorpresa de su hijo Harry desde Estados Unidos para darle su apoyo. Mientras inicia su tratamiento, la reina Camila y el príncipe Guillermo cubrirán su agenda real de manera provisional.
Pese a la situación, Carlos III quiso transmitir fuerza saludando a los ciudadanos en este momento personal y delicado. La unidad en la familia del monarca es crucial para sobrellevar su diagnóstico.