El escenario de la 66º edición de los premios Grammy se iluminó con la presencia sorpresa de Céline Dion.
A pesar de su batalla contra el síndrome de la persona rígida (SPR), una enfermedad neurológica que afecta sus cuerdas vocales y provoca la contracción involuntaria de los músculos, se presentó junto a su hijo mayor, René-Charles Angelil, de 23 años.
Con visible emoción, Céline expresó su agradecimiento de manera conmovedora: «Gracias a todos. Yo también os amo. Cuando digo que estoy feliz de estar aquí, lo digo de corazón». Su mensaje resonó en el corazón de todos los presentes, quienes no escatimaron en aplausos.
La cantante también hizo hincapié en la importancia de valorar el amor y la alegría que la música aporta a nuestras vidas, y recordó con emoción el honor de presentar el mismo premio que recibió de manos de leyendas como Diana Ross y Sting hace 27 años.
Finalmente, Céline anunció el merecido ganador del premio al mejor álbum del año: «Midnights», el décimo álbum de estudio de la talentosa cantautora estadounidense Taylor Swift.