Luna Pernía, hija del actor Gregorio Pernía y participante de «Mira quien baila», fue hospitalizada de emergencia hace unos días y reveló la razón de sus problemas de salud, pero también habló sobre las criticas crueles que sufre por su aspecto.
«No sé si sepan pero recién atravesé una hospitalización que me hizo poner los puntos sobre las íes respecto a mi salud y lo que yo daba por sentado. Creía que mi cuerpo era lo suficientemente fuerte como para resistir el desorden en el que uno se ve envuelto en el día a día. Hablo de comer a deshoras, no comer, comer mal, entre otros. Yo pensaba que por más que exprimiera a mi cuerpo siempre volvería a «estar bien». Pero no. Nunca estuve más equivocada. Mi cuerpo no hacía sino darme señales de alarma hasta que ya no pudo más», comienza su conmovedor mensaje.
Y prosigue dando la causa que la llevó al hospital. «Un dolorcito en mi abdomen que yo creía que era solo eso resultó dejándome varios días hospitalizada. Fue bastante duro y lastimosamente aprendí a las malas que uno sin salud no es nada. No. No lo es. Mi rutina quedó en pausa y eso me dolió mucho. Perdí muchísimo peso mientras me recuperaba. Me sentí culpable por el tiempo que di por sentado el cuidado de mi alimentación y mis hábitos saludables. En definitiva fue un proceso que me hizo reflexionar acerca de la vida en general. Me ayudó a perdonarme y a poner mi salud primero que cualquier cosa», expresó en esta segunda parte.
«En los últimos días que alguien me dijera «estás muy demacrada» me afectó diferente. Porque la gente desconoce las luchas internas del otro y para mí esta ha sido una lucha de años. Soy una persona de contextura delgada. En algún momento sí dejé que la sociedad decidiera por mí qué significa verse bien. Por eso ser siempre más flaca lo llegué a ver como un logro. Pero está ese otro pedazo de mundo que te va a decir todo lo contrario. Que «qué raquítica, qué llevada». No esperes decirle ese tipo de cosas a una adolescente entre sus 13-16 años y que no se sienta afectada. Por eso, como se aprecia en esta foto, la ropa ancha se volvió mi mejor solución. Curiosamente es algo que está a la moda, pero para mí ha sido un as bajo la manga. Algunas veces me he refugiado en esto para evitar recibir comentarios que sé que me harán daño», explicó Luna.
La refelexión de la joven culminó con una promesa de cuidar su cuerpo como un templo: «a cuidar como tal porque quiero estar saludable, mas no porque alguien más me esté cuestionando. Ni por darle gusto a quien con malicia me quiere dar un consejo. Mi salud y mi alimentación son tan preciados que no los pondré en juego nunca más. Lo juro», concluyó más segura y decidida que nunca.