Elton John ha comparecido como testigo como parte de la defensa de Kevin Spacey en el juicio por agresión sexual que se está celebrando contra el actor en Londres.
La estrella de Rocketman -que recientemente dio su último concierto- compareció el lunes junto a su esposo David Furnish a través de videoconferencia desde el despacho de su abogado en Mónaco, convirtiéndose en los testigos de más alto perfil que han sido llamados hasta ahora en el juicio.
John fue preguntado por la aparición de Spacey en uno de sus White Tie and Tiara Balls, celebrados anualmente para recaudar fondos para la fundación del músico contra el sida; recordó que Spacey había volado en el último minuto para asistir al evento en 2017. Según el periódico Evening Standard, John confirmó que Spacey había pasado la noche en su casa de Windsor tras el baile, y que Furnish y él habían guardado un coche Mini rojo que el actor había comprado en la subasta benéfica del evento (un coche que, según había dicho a los miembros del jurado, era «el Mini Cooper más caro de la historia»).
Furnish afirmó que, que él supiera, Spacey sólo había sido invitado a uno de sus bailes y, a preguntas de la fiscal Christine Agnew, subrayó que no había ninguna posibilidad de que Spacey asistiera a otro sin haber sido fotografiado.
«Se entendió que estábamos promoviendo una organización benéfica que implica la erradicación del estigma que rodea a la enfermedad«, dijo. «Para las celebridades que querían venir a nuestro evento, siempre se entendió que necesitaban ser fotografiados».
Furnish añadió que la aparición sorpresa de Spacey en 2017 había creado un «montón de rumores y emoción.»
John también fue preguntado por una foto suya saliendo del teatro Victoria Palace de Londres tras una representación de Billy Elliot, asegurando que la foto le mostraba «mirando de frente a mi coche», y que no se fijó en nadie más. «Cualquiera que esté en mi periferia, no me fijaría en él. Podría ser la Reina, y no me fijaría en ella», dijo.
Spacey se enfrenta a 12 cargos, entre ellos cuatro de atentado al pudor, siete de agresión sexual, uno de provocar que una persona mantenga relaciones sexuales sin consentimiento y otro de provocar que una persona mantenga relaciones sexuales con penetración sin consentimiento. Se ha declarado inocente de los 12 cargos, y su defensa ha tachado de «débiles» los argumentos de la fiscalía y ha acusado a las denunciantes de mentir y exagerar sus historias.