Lewis Capaldi se toma un descanso de las actuaciones en directo tras su actuación en Glastonbury, en la que tuvo que hacer varias pausas para controlar los síntomas del síndrome de Tourette.
En un comunicado publicado en sus redes sociales el martes, el cantante nominado a los Grammy dio las gracias a los fans que asistieron a su actuación del sábado, que cantaron con Capaldi mientras experimentaba una serie de tics, o movimientos y sonidos repetidos, provocados por esta enfermedad relacionada con el sistema nervioso. A continuación anunció sus planes de interrumpir las giras y actuaciones en directo.
«El hecho de que esto probablemente no sea una sorpresa no hace que sea más fácil de escribir, pero siento mucho haceros saber que voy a tomarme un descanso de las giras en el futuro inmediato», escribió.
«Solía disfrutar de cada segundo de este tipo de espectáculos y esperaba que tres semanas fuera de ellos me curarían», continuó. «Pero la verdad es que todavía estoy aprendiendo a adaptarme al impacto de mi síndrome de Tourette y el sábado se hizo evidente que necesito dedicar mucho más tiempo a poner en orden mi salud mental y física, para poder seguir haciendo todo lo que me gusta durante mucho tiempo».
El cantante de «Before You Go» añadió lo «increíblemente afortunado» que se siente de poder tomarse un descanso de las actuaciones para tratar su enfermedad, antes de expresar sus disculpas a los fans que habían planeado verle actuar más adelante.
«Necesito sentirme bien para actuar al nivel que todos os merecéis», dijo. «Tocar para vosotros cada noche es todo lo que siempre he soñado, así que ésta ha sido la decisión más difícil de mi vida. Volveré en cuanto pueda».
En abril, Capaldi se refirió a la «posibilidad muy real» de tener que retirarse de la música después de pasar unos días difíciles con vértigo -que llegó a ser tan grave que tuvo que llamar al NHS 24, el sistema nacional de telesalud y teleasistencia de Escocia-, además de tener que gestionar su síndrome de Tourette, su ansiedad y sus sentimientos cada vez más presentes de síndrome del impostor. «Mi tic se está volviendo bastante malo en el escenario», dijo entonces. «Estoy intentando controlarlo. Si no puedo, estoy jodido».
Todas sus dolencias estaban afectando a su capacidad para hacer música, incluido su último álbum, que, según dijo entonces, no veía el momento de tocar en directo. «Es sólo hacer música lo que me hace esto», explicó. «De lo contrario, puedo estar bien durante meses. Así que es una situación extraña. Ahora mismo, la compensación merece la pena. Pero si llega un punto en que me hago un daño irreparable, lo dejaré. Odio las hipérboles, pero es una posibilidad muy real que tenga que dejar la música».
Señaló las presiones que rodean a la actuación como desencadenantes de muchas de sus afecciones físicas y de salud mental. «La presión del trabajo es el problema. Las giras gigantescas por lugares enormes. Las expectativas que hay sobre mí», afirma. «A cualquiera le provoca ansiedad, y menos a un hipocondríaco como yo».