De acuerdo con Box Office Mojo, el remake live-action de Disney más reciente, La sirenita, ha recaudado US$ 343 millones, pero algunas cuentas en Twitter aseguran que ya alcanzó los US$ 350 millones. En cualquier caso, sea cierto o no, es muy probable que alcance y supere esa cifra en estos días. Por otro lado, ¿qué nos dice esta recaudación sobre su desempeño en general?, ¿es un éxito o un fracaso?
El 31 de mayo en Deadline se dijo que las estimaciones apuntaban a que La sirenita recaudaría más de la taquilla local (Estados Unidos) que de la taquilla internacional, algo atípico para un blockbuster y para un remake live-action de Disney, ya que normalmente más del 60% de la taquilla en este tipo de producciones proviene de la taquilla internacional, y en algunos casos como Christopher Robin: Un Reencuentro Inolvidable y Mi Amigo el Dragón la proporción es 50-50.
La sirenita sería el primer caso en que la recaudación local sea superior, con un total estimado de US$ 300-350 millones, contra US$ 260 millones en el resto del mundo. El presupuesto de la cinta fue de US$ 250 millones, más US$ 140 millones de marketing, por lo que supuestamente una recaudación de US$ 560 millones bastaría para alcanzar el punto de equilibrio. Si la taquilla global se quedara por debajo de los US$ 400 millones, habrá pérdidas significativas.
No obstante, hay escenarios más pesimistas que los presentados por Deadline. En Box Office Pro, el escenario más positivo en la taquilla local para La sirenita es de US$ 305 millones, mientras que el peor es de US$ $235 millones, en el cual se necesitaría una gran recaudación del resto del mundo para alcanzar el supuesto punto de equilibrio de US$ 560 millones (aunque algunos medios dicen que es de más de US$ 600 millones).
El problema para Disney es que la película ha enfrentado el rechazo en varios mercados importantes, como China y Corea. En 2019 Aladdin recaudó casi US$ 1,000 millones en todo el mundo, 66% de los cuales provinieron de la taquilla internacional, con US$ 53.4 millones sólo de China. Con La sirenita las ventas en el país asiático han sido tan bajas (US$ 3.6 millones hasta ahora) que prácticamente es un hecho que no alcanzará a recaudar ni US$ 10 millones.
A diferencia de su primera semana en cartelera, ahora La sirenita tiene competencia importante con Spider-Man: A Través del Spider-Verso y Transformers: El despertar de las bestias, así que la situación no parece favorable para alcanzar el punto de equilibrio. Tendremos que esperar unas semanas más, pero lo mínimo que se puede decir de este proyecto, es que está muy lejos de ser el éxito que fueron La bella y la bestia, Aladdin y El rey león.
Parte del fracaso en China y Corea ha sido atribuido a la reacción racista en esos países al casting de Halle Bailey, quien a pesar de ser una talentosa actriz y cantante, ha sido criticada desde que se anunció como la elegida para el papel de Ariel. La reacción negativa en algunos sectores de la sociedad se debe a que Bailey es una mujer negra y el personaje de Ariel, en la animación original, es una sirena blanca de pelo rojo.
Las críticas dieron pie a debates en torno a la fidelidad al material original y el llamado «blanqueo inverso», pero a menudo ocultaban una retórica racista subyacente. Las críticas no estaban basadas en su capacidad para interpretar el papel, sino en su raza, lo que suscitó una discusión más amplia sobre el racismo y la representación en la cultura pop.
Sin embargo, muchos defendieron la elección de Bailey, argumentando que la raza de Ariel, siendo un personaje ficticio y una sirena, no debería ser un problema. Personalidades de Hollywood, fans y la propia Disney respaldaron a Bailey, reafirmando su talento y adecuación para el papel. Este incidente subraya la importancia de la representación diversa en los medios y cómo aún hay muchos retos y prejuicios que superar. La reacción negativa que enfrentó Bailey, y el fracaso de La sirenita en China y Corea, es un claro ejemplo de las barreras raciales que aún existen en la industria del entretenimiento, a pesar de los avances en la diversidad y la inclusión.