La carrera de Johnny Depp se ha apagado tras sus numerosos escándalos, pero el controvertido actor tiene todas las razones para esperar una bienvenida de estrella de cine cuando llegue a Cannes el martes para el estreno de «Jeanne du Barry». Este drama costumbrista es el primer papel protagonista de Depp en tres años, un periodo de tiempo en el que la estrella ha sido noticia sobre todo por sus continuas batallas legales con su ex esposa Amber Heard (en 2020 perdió en el Reino Unido un caso por difamación relacionado con las acusaciones de maltrato de ella, para ganar otro en Estados Unidos en 2022).
Pero a lo largo de este período tempestuoso, en el que Depp ha sido despedido de proyectos de alto perfil como la franquicia de «Harry Potter» «Fantastic Beasts», Europa ha seguido siendo un puerto en la tormenta. Se le ha seguido celebrando en los festivales de cine de todo el continente y el público ha acudido fielmente a ver las películas que ha conseguido rodar entre apariciones en los tabloides. Por su parte, Cannes ha rechazado las sugerencias de que no debería ofrecer a Depp una plataforma dadas las acusaciones de abuso de Heard. El director del festival, Thierry Fremaux, enmarcó la exhibición de «Jeanne du Barry» en una cuestión de libertad de expresión.
El presupuesto de la película asciende a 22 millones de dólares, una barbaridad para los estándares franceses. Ha sido financiada por productoras francesas como Why Not, Goodfellas (antes Wild Bunch) y la distribuidora francesa Le Pacte, así como por Netflix, que compró por adelantado los derechos para Francia, France Televisions y Red Sea Film Foundation.
El rodaje de «Jeanne du Barry» fue caótico debido a las tensiones y peleas habituales entre la directora Maiwenn y Depp, según varias fuentes cercanas a la producción. Depp brilló por su ausencia en la rueda de prensa organizada en el Palacio de Versalles antes de Cannes, aunque sí estuvo en París, donde residió en el hotel Bristol. Incluso asistió a una proyección de «Donnie Brasco» con Al Pacino en el teatro Pantheon, propiedad del productor de «Jeanne du Barry», Pascal Caucheteux. Depp, que vive en Inglaterra desde hace varios años (después de haber residido en un complejo de 37 acres en el sur de Francia), pasó unos días en Budapest la semana pasada para preparar el rodaje de su película «Modi» y se espera que acuda al estreno mundial y a la conferencia de prensa de «Jeanne du Barry» en Cannes.
Aunque no ha concedido entrevistas sobre «Jeanne du Barry», en el dossier de prensa se cita a Depp diciendo que se preparó para el papel con la ayuda de dos biografías sobre Luis XV, y que también trabajó con un entrenador para poder actuar en francés.
«Hablo un poco de francés, pero para acercarme al francés que se hablaba en el siglo XVIII, trabajé con un profesor», dijo Depp. También abordó su colaboración con Maiween y admitió que «pudo haber […] algunas tensiones sobre filmar algunas de mis sugerencias. Pero siempre insistí en que filmara al menos una toma, aunque acabara en la papelera. No digo que todas mis sugerencias fueran buenas […] pero al menos ella tenía muchas alternativas».
Le Pacte estrenará la película en 640 pantallas el 16 de mayo, el mismo día de su estreno mundial en Cannes.
Y aunque los fans franceses acudan en masa a ver a Depp desfilar por la alfombra roja (¿quizá en Dior?) – y probablemente griten su nombre y le pidan autógrafos y selfies – no todo el mundo celebra el regreso del actor a la palestra. Eve Barlow, periodista, activista y amiga íntima de Heard, ha lanzado una campaña en las redes sociales con el hashtag #CannesYouNot para denunciar al festival de cine por «celebrar a los maltratadores durante 76 años.» En Instagram, compartió una foto de uno de los juicios por difamación del actor, que muestra a un Depp con los ojos hundidos, los hombros encorvados, con un aspecto muy alejado de su glamuroso alter-ego en la pantalla.