La gran protesta de guionistas sigue activa y en esta oportunidad ha tomado las principales sedes de las compañias productoras.
El 2 de mayo, el Writers Guild of America convocó una huelga tras el fracaso de las negociaciones con la Alliance of Motion Picture and Television Producers. La primera semana fue intensa, con piquetes en Nueva York, Los Ángeles y Atlanta, y la huelga paralizó producciones. Ahora que la huelga entra en su segunda semana, Variety sigue informando desde los piquetes.
DÍA 7 (8 DE MAYO)
NETFLIX (Los Ángeles)
*El día de la familia y los niños en el piquete de Netflix atrajo a una gran multitud, lo que parece indicar que la segunda semana será tan concurrida como la primera.
Variety habló con Michele Mulroney, vicepresidenta de WGA West, en la línea de piquete frente a la sede de Netflix en Hollywood, sobre lo que debe hacer AMPTP para reanudar las negociaciones contractuales.
«Me siento fuerte porque nuestros miembros se sienten fuertes», afirmó. «Nuestros miembros están muy informados sobre las razones por las que estamos en huelga y las razones por las que estamos caminando. Cada día, la dirección es muy consciente del impacto de la huelga y de los sacrificios que requiere. Pero, por desgracia, es un testimonio de lo mal que están las cosas. Hoy muchos padres dicen: «Necesito poder pagar el alquiler y cuidar de mis hijos». Eso es fundamental para lo que hacemos. Si eres un escritor que trabaja creando contenidos que generan miles de millones de dólares para los estudios, deberías poder alimentar a tus hijos, pagar el alquiler y mantener a tu familia. Son cosas muy básicas.
«El DGA está negociando desde el miércoles y queremos que consigan un contrato realmente fuerte y justo. El SAG negociará su contrato dentro de unas semanas. Todos compartimos los mismos problemas y preocupaciones. Así que ya lo he dicho antes. Todos los líderes se hacen eco de esto. Estamos preparados. Volveré esta tarde si nos quieren allí, si se toman en serio algunas de las cuestiones que hasta ahora no se han tomado suficientemente en serio.»
El piquete de temática familiar en Netflix fue organizado por Liz Benjamin, una veterana guionista de televisión cuyos créditos anteriores incluyen «Dead to Me» de Netflix. El objetivo era reforzar que la gran mayoría de los guionistas del gremio se encuentran en la zona de clase media con familias que mantener. «No somos guionistas millonarios codiciosos. Somos gente trabajadora con familia», dice Benjamin. «Realmente quería poner un rostro humano a esta huelga».
Como tantos guionistas en huelga, Benjamin dejó dos proyectos en el limbo la semana pasada cuando se produjo la huelga, uno para Amazon y otro para Netflix. «Me encanta todo el trabajo que he podido hacer en streaming», dijo Benjamin. «Ha sido muy gratificante. Pero no gano lo suficiente para mantener a dos niños con necesidades especiales. Necesito cobrar más y trabajar más».
Benjamin se hizo eco de los sentimientos de muchos de los que recorrieron la ruta en forma de L a lo largo de Sunset y Van Ness. «Sólo queremos volver a hacer lo que nos gusta», dijo. «Sólo necesitamos que vuelvan a la mesa y lleguen a un acuerdo justo».
«Puño arriba, lápices abajo» y «Netflix, no eres bueno, paga a tus guionistas como debes» fueron los cánticos de la mañana. La ruta de los piquetes atravesaba el acceso principal al campus de Netflix y su aparcamiento subterráneo. Los capitanes de huelga se esforzaron por engatusar a los que entraban en coche para que dejaran de pitar, y algunos lo hicieron.
Para contribuir al ambiente festivo, la escritora Cindy Appel se disfrazó de dinosaurio de cuerpo entero, con un ventilador interno a pilas que le ayudaba a hinchar el dino-torso. «Lo compré durante la pandemia para animar a los niños del barrio», explicó Appel a Variety mientras sostenía un cartel en el que se leía: «No nos extingan».
Las escritoras Laura Eichhorn y Janet Lin hicieron la ronda junto con Beau, el hijo pequeño de Eichhorn. «Se trata de una crisis existencial que tiene que ver con el futuro», dijo Eichhorn señalando a su hijo. «Las grandes empresas y la IA: es aterrador».
Lin añadió que ha oído hablar mucho a otros escritores sobre el «efecto minisala», y de cómo «la gente va de trabajo en trabajo y es imposible ganar suficiente dinero». Añadió que el reto que supone para los guionistas tener que hacer malabarismos con múltiples proyectos durante cortos periodos de tiempo -cuestiones que la WGA pretende abordar con propuestas de contrato que los estudios han considerado no viables- «no es una buena forma de ser creativo.»
Daniel Kibblesmith fue uno de los muchos piquetes que señalaron la preocupación de que los cambios estructurales masivos en la forma de producir televisión formen parte de un esfuerzo por marginar las voces de los guionistas en el proceso creativo. «No vamos a levantarnos temprano y esperar junto al teléfono a que nos llamen para venir a escribir un programa de televisión», dijo Kibblesmith. «Así no se hace».