Tras el fallecimiento de la reina Isabel II, su hijo mayor, Carlos, se convirtió rey automáticamente por lo que este 6 de mayo recibió el título, corona y además pasó a ser la nueva cabeza de la Iglesia anglicana, separada de Roma en 1534 por orden de Enrique VIII.
Como Rey, Carlos III es el nuevo jefe de Estado del Reino Unido, una monarquía parlamentaria en la que el Monarca ostenta poderes únicamente simbólicos y ceremoniales, tal y como ha explicado la BBC. Dentro de sus atribuciones, se pueden destacar sobre todo tres: designar el gobierno, dar inicio al año parlamentario y aprobar formalmente las leyes.
Como nuevo líder de la Commonwealth -el tercero en la historia de la organización, fundada en 1949 y antes encabezada por los fallecidos Monarcas Jorge VI e Isabel II-, el Rey Carlos III es el responsable de representar a los 56 países que la integran. Además de ello, también es jefe de Estado de catorce de esos países, como, por ejemplo, de Australia.
Una fortuna
Además de títulos y responsabilidades, Carlos III también ha recibido una herencia al uso. El Monarca posee una suculenta fortuna privada, como se supo hace unas semanas gracias a una investigación del diario ‘The Guardian’. Según el periódico británico, casi alcanza los 2.000 millones de euros, con bienes que incluyen automóviles, joyas, propiedades, inversiones, caballos, estampillas raras y arte, tal y como contó en este medio Ivannia Salazar, la corresponsal de ABC en Londres.
Esa lista no incluye los palacios de Kensington y Buckingham, que pertenecen a la Corona, pero sí los de Balmoral y Sandringham, que Carlos III heredó de su madre. En particular, la herencia del palacio de Balmoral posee especial interés y valor sentimental, pues se trata de una propiedad comprada en 1852 por el Príncipe Alberto, el esposo de la Reina Victoria, y también del lugar donde murió la Reina Isabel II.
El Monarca posee una suculenta fortuna privada, calculada en unos 2.200 millones de euros
Según las estimaciones hechas por la revista ‘Forbes’ en marzo de 2021, la Familia Real británica posee una fortuna de alrededor de 28.000 millones de dólares (unos 31.000 millones de euros). Según el diario estadounidense ‘The New York Times’, esa suma se sustenta en tres pilares: el llamado ‘The Crown Estate’, los bienes inmuebles, valorado en unos 19.000 millones de euros; el Ducado de Cornualles, en más de mil millones de euros; y el Ducado de Lancaster, en más de 900 millones de euros.