La expectación por ver una película determinada es la mitad de la diversión de ser aficionado al cine. Es difícil pensar en algo tan emocionante como que un gran estreno esté cada vez más cerca y, al final, sentarse en el cine a esperar a que se apaguen las luces. La espera es divertida, pero también puede resultar pesada. Ahora más que nunca, los estudios y los cineastas disfrutan anunciando las películas con mucha, mucha antelación. Hablamos de películas que no llegarán a los cines hasta dentro de cinco años. A veces, los directores tienen proyectos que les apasionan y en los que trabajan durante una eternidad, aplazándolos una y otra vez porque no parecen estar listos todavía, lo cual es comprensible. Todos preferiríamos eso a una visión a medio hacer, lanzada a toda prisa para que empiece a rodar lo siguiente.
Por suerte, no siempre es así. De vez en cuando, se anuncia una película y acaba llegando a los cines antes de que te des cuenta, dejándote boquiabierto porque no has tenido mucho tiempo para crearte ningún tipo de expectativas. Hay determinación en hacer lo posible por ver las películas que más te apetecen. Imagínate una película dirigida por un gran director y protagonizada por uno de los actores más fascinantes de la actualidad… pero con una pega. Nunca podrás ver esta película, porque estarás muerto. Bueno, odiamos tener que decírtelo, pero ese es justo el caso aquí. Robert Rodriguez, director de Sin City y From Dusk ‘til Dawn, tiene una película en la lata llamada 100 Years. Sí, una película que ha sido escrita, rodada, editada y guardada en una caja fuerte de alta tecnología detrás de un cristal a prueba de balas. Es una película experimental de ciencia ficción protagonizada por John Malkovich, que Rodríguez no tiene intención de estrenar hasta el 18 de noviembre de 2115.
La idea de «100 años
100 años se concibió de una forma increíblemente interesante. Normalmente, la idea de una película puede basarse en experiencias personales o reflejar el panorama político y social actual (especialmente en el ámbito de la ciencia ficción), pero no es el caso del próximo cortometraje de Rodríguez. La película experimental del siglo XXII se ha realizado en colaboración con la empresa Louis XIII Cognac, propiedad de Rémy Martin. La película y su calendario de estreno se inspiran en el largo proceso de fabricación de una botella de Louis XIII, un trabajo de 100 años.
Todo lo que sabemos sobre la película
Mientras que el público y los fans de Rodríguez han sido agraciados con la información que detalla la inspiración detrás del proyecto, la premisa de la película se mantiene en secreto, pero nos han dado pequeños retazos de información. Lo que sí sabemos sobre la historia de 100 años es que la película tiene lugar, lo han adivinado, dentro de 100 años. El equipo detrás de la película ha hablado ligeramente de sus esfuerzos por hacer su mejor predicción de cómo será el mundo en el año 2115. Es un poco exagerado decir que se sabe poco de la trama, porque en realidad sólo se han presentado al público los elementos básicos de la historia. Lo que sí sabemos es que la película se basa en algún tipo de ciencia ficción, pero aún está por ver de qué tipo.
Los tres teasers: «Retro», «Naturaleza» y «Futuro
Cien años antes del estreno de la película, se han publicado en Internet tres teasers para dar al público una idea del tipo de película futurista que podemos esperar (o nuestros bisnietos). El primero de los tres teasers se titula «Retro» y está ambientado en una visión steampunk del año 2115. El segundo, «Naturaleza», tiene lugar en un futuro postapocalíptico en el que la sociedad se ha derrumbado y la naturaleza ha vuelto a tomar el control. El último teaser, «Futuro», sitúa 2115 en un futuro con luces de neón que recuerda a Blade Runner. La versión concreta de 2115 en la que se desarrolla la película está por ver, pero mientras tanto, estos breves clips hacen un gran trabajo despertando nuestro interés.
Cada uno de los tres teasers se desarrolla casi de la misma manera, con una duración de poco más o menos de 80 segundos. Los primeros 24 segundos de cada teaser comienzan con el mismo clip de Malkovich guardando una botella de Louis XIII en una caja fuerte. Aquí se explica que en 2015 rodó una película que no se estrenaría hasta dentro de 100 años, igual que la botella de Luis XIII guardada. La caja fuerte se cierra y un temporizador empieza a contar los minutos que faltan para el 18 de noviembre de 2115, fecha de estreno de la película.
Ahora que se ha preparado el escenario para la metáfora que impulsa 100 años, el ritmo se acelera a lo grande. Vemos al personaje de Malkovich, «El Protagonista», llegar a un edificio en un vehículo que sigue el modelo del tema del teaser en cuestión, en medio de un paisaje urbano en el que también se pueden leer inmediatamente los estilos «Retro», «Naturaleza» o «Futuro» del teaser. Se encuentra con un personaje apodado «La Protagonista Femenina» (Shuya Chang) y ambos se apresuran por un largo pasillo hacia una caja fuerte. Se activa un temporizador y la caja fuerte se abre, revelando una botella de Louis XIII. Al ver la botella, Malkovich exclama «2015…», y «El Antagonista» (Marko Zaror) pilla a los dos en el acto, cerrando cada uno de los teasers.
Ahora bien, si alguno de estos tres teasers te hace ilusionarte con la película que Rodríguez y su equipo han guardado como polizón durante 100 años… quizá deberías rebajar un poco esas expectativas. En la descripción de cada uno de estos teasers, se explica que lo que estás viendo en realidad no tiene nada que ver con la película en sí. Entonces, ¿qué podemos esperar de 100 años? En realidad, nada, porque todos estaremos muertos. Pero en todo caso, nuestros tataranietos podrán disfrutar de esta encantadora epopeya de ciencia ficción dirigida por Robert Rodriguez y la compañía de coñac Louis XIII, así que bien por ellos. Para aquellos de nosotros a los que nos toca vivir en la inútil anticipación del estreno de esta película, al menos tenemos la fortuna de ver cómo se hace realidad un experimento interesante. La idea de hacer una película para estrenarla un siglo después no es precisamente lo más práctico desde el punto de vista económico, pero no se trata de dinero, sino de perfeccionar el arte, aunque haya que guardarlo durante 100 años.