Avatar: La forma del agua se presentó en tantos formatos tecnológicamente avanzados que fue necesario enviar a los cines un número sin precedentes de versiones únicas. La película es la esperada secuela de James Cameron de su propio éxito de 2009, Avatar, que sigue siendo la película más taquillera de todos los tiempos en todo el mundo. En el reparto regresan Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver y Stephen Lang. A pesar de haber tardado más de una década en ver la luz, la película ha sido un éxito de taquilla, convirtiéndose en la tercera película más taquillera de todos los tiempos en el momento de escribir estas líneas.
Según The Hollywood Reporter, la recaudación récord de Avatar: la forma del agua, de Cameron, no habría sido posible sin la creación por parte del equipo de 1.065 versiones de la película para enviarlas a los distintos cines. Algunas de estas versiones diferentes se debían a los distintos formatos de audio y a los diferentes idiomas, tanto en los subtítulos como en los doblajes. Sin embargo, la mayor parte de estas diferencias se debieron a diversas combinaciones de los numerosos formatos de presentación de alta tecnología de la película, incluidos 4K, HDR y la alta frecuencia de imagen dinámica utilizada en determinadas secuencias de acción tanto en 2D como en 3D.
¿Qué es exactamente la alta frecuencia de imagen y cómo ayuda a Avatar 2?
La alta frecuencia de imagen es una técnica cinematográfica con la que cada vez más directores han experimentado en los últimos años, como Peter Jackson con la trilogía de El Hobbit y Ang Lee con Gemini Man y Billy Lynn’s Long Halftime Walk. Aunque las películas suelen rodarse y proyectarse a 24 fotogramas por segundo, que es la velocidad que mejor imita la forma en que el ojo humano recibe la información, la alta velocidad de fotogramas utiliza más fotogramas por segundo, hasta 48 en el caso de Avatar: La forma del agua. Esto reduce el desenfoque de movimiento en cada fotograma individual, creando un entorno que parece hiperreal.
Aunque este nuevo formato entusiasma a los directores que quieren llevar su arte a nuevos niveles, ha provocado divisiones entre el público. Algunos espectadores sufren dolores de cabeza, mareos o desorientación. A otros simplemente les disgusta porque hace que los entornos fantásticos parezcan demasiado artificiales, exponiendo el maquillaje, las pelucas y los efectos especiales a un duro escrutinio.
Estas críticas proceden en gran medida de versiones anteriores presentadas íntegramente con una alta frecuencia de imagen, como El Hobbit: Un viaje inesperado. Avatar: La forma del agua ha recibido en general menos críticas por su tasa de fotogramas selectiva. Aunque esto no significa que se esté abriendo una nueva era de la alta frecuencia de imagen, puede indicar que el enfoque de Cameron de aplicar la técnica sólo a determinadas secuencias podría convertirse en el estándar de la industria para ciertas películas en el futuro.