La segunda película de Transformers logró un éxito masivo al llegar a más personas de todo del mundo. Sin embargo, poco se sabe sobre los problemas que aquejaban la producción, en especial sobre la actriz Megan Fox y el director Michael Bay.
Según varias fuentes de medios internacionales, Fox habría hecho comentarios sobre el comportamiento de Bay, que indican incomodidad en su relación de trabajo.
“Él es como Napoleón y quiere crear una reputación de loco insano e infame. Él quiere ser como Hitler en sus rodajes y lo es. Así que es una pesadilla trabajar para él, pero cuando lo alejas del set de filmación y no está en modo director, realmente disfruto su personalidad”, habría dicho Megan en una entrevista de 2009 a la Revista Wonderland.
La actriz también apuntó que el comportamiento del director de Transformers era “irremediablemente incómodo”. Asimismo, dijo que Bay no tenía habilidades sociales. “Es vulnerable y frágil en la vida real y luego en el set es un tirano”, dijo.
Los comentarios no fueron agradables para Michael Bay de quien Megan Fox se quejaba por no darle instrucciones de hacer algo más que “verse sexy”. Esta noticia trascendió más allá del pequeño círculo en la producción y varias personas en el equipo defendieron al director.
También en una entrevista que circuló por medio de comunicación, el equipo de productores habría dicho: “Somos tres miembros del equipo que hemos trabajado con Michael durante los últimos diez años. (…) leímos el terrible artículo con citas incendiarias y verdaderamente devastadoras de la Sra. Fox sobre Michael Bay. Michael encontró en esta chica tímida e inexperta la sacó de la oscuridad total y le dio la oportunidad más grande de la vida de cualquier actriz joven”, explicaron.
No obstante, después de la segunda película, esto no volvió a ocurrir ya que Megan fue sustituida por la actriz Rosie Huntington-Whitney. Según confesó Bay, el productor ejecutivo de la película, Steven Spielberg, fue quien ordenó que Megan Fox saliera para ser sustituida por Huntington-Whitney.