Ewan McGregor revela un dato sorprendente sobre la producción de Star Wars: Episodio II – El ataque de los clones. La segunda película de la trilogía de precuelas de La Guerra de las Galaxias acaba de cumplir 20 años, y el momento es perfecto. McGregor retomará su papel de Obi-Wan Kenobi, el maestro Jedi titular de la serie de Disney+, y Hayden Christensen, que debutó en La guerra de las galaxias en El ataque de los clones, también regresa a la serie por primera vez desde las precuelas. El Ataque de los Clones continúa la historia de Anakin Skywalker (Christensen) mientras Obi-Wan descubre el mal que se está gestando en la galaxia.
Aunque las precuelas de La Guerra de las Galaxias han ganado más aprecio con el paso del tiempo, como han señalado tanto McGregor como Christensen durante la gira de prensa de Obi-Wan Kenobi, en el momento de su estreno fueron muy criticadas por el público y los fans más antiguos de la franquicia de La Guerra de las Galaxias. El Ataque de los Clones, en particular, obtuvo críticas mixtas; sus diálogos y actuaciones fueron una fuente importante de críticas, ya que a menudo se señalaron como de madera. Sin embargo, podría haber una razón importante detrás de las cámaras para explicar por qué algunas cosas eran incómodas en la pantalla.
«Eran tecnología punta, pero comparada con la nuestra… tenían unos enormes cordones umbilicales que salían de la parte trasera de las cámaras, y no se podían cambiar las lentes. O bien, podían cambiar las lentes, pero se tardaba como media hora. Así que todo se rodaba con un objetivo zoom. Los cables umbilicales conducían a esta gran carpa en la esquina del escenario que literalmente zumbaba. Era muy ruidoso. Y cuando en la postproducción, se dieron cuenta al final que el ruido que hacían era exactamente la frecuencia de la voz humana. Así que tuvimos que ADR cada línea del episodio 2. Ninguno de los diálogos originales se hizo a través de eso, porque las cámaras eran como, tan nuevo. Ninguno de los errores se había resuelto todavía. Así que comparado con lo que estamos haciendo ahora, es como la noche y el día».
El ADR es una práctica habitual en el cine, especialmente en las grandes superproducciones. A menudo, debido al rodaje en exteriores o a las secuencias masivas de efectos visuales, el audio captado en el plató no es utilizable, por lo que es una práctica habitual acudir a un espacio controlado para obtener un audio limpio. También se suele utilizar para añadir diálogos que aclaren la información al público tras las proyecciones de prueba. Sin embargo, la necesidad de volver a grabar toda una película sin ningún rastro de los diálogos originales en el plató es algo casi inaudito y debió de suponer una presión adicional para el reparto de El ataque de los clones, que tuvo que recrear por completo las emociones y los movimientos labiales de toda la película mientras estaba en una cabina de grabación.
A pesar de esta impresionante tarea de regrabación de toda la película, El ataque de los clones no obtuvo una nominación al Oscar al mejor sonido o a la mejor edición de sonido en la 75ª edición de los premios de la Academia, ya que la única nominación que obtuvo la película fue a los mejores efectos visuales. Sin embargo, la historia de McGregor hace que sea difícil no apreciar al equipo de sonido de El ataque de los clones, ya que consiguieron superar un obstáculo increíble. Aunque no tuvo una buena acogida al principio, la película se ve ahora con otros ojos. Ha generado su propia base de fans, gracias a la serie animada The Clone Wars, y los escritores siguen encontrando nuevas formas de ampliar la historia. Por ejemplo, el último libro de la autora E.K. Johnston, Star Wars: Queen’s Hope, se sitúa justo después de la boda entre Anakin y Padme en El ataque de los clones. Parece que, después de todo, esa lucha adicional dio sus frutos.