El director de Don’t Look Up, Adam McKay, revela por qué hizo cambios en su estilo de filmación característico para su última película de ciencia ficción. La película de Netflix está protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence como los astrónomos Dr. Randall Mindy y Kate Dibiasky, respectivamente.
El reparto cuenta con un impresionante elenco que incluye a personajes de la talla de Meryl Streep, Jonah Hill, Rob Morgan, Cate Blanchett, Tyler Perry, Mark Rylance, Timothée Chalamet, Ron Perlman y Ariana Grande, por mencionar algunos. La película ha recibido críticas generalmente positivas y ha recibido algunos premios, incluido el reconocimiento como una de las 10 mejores de 2021 por parte del AFI y del National Board of Review.
La trama de Don’t Look Up gira en torno a los astrónomos del Estado de Michigan que interpretan DiCaprio y Lawrence cuando descubren un cometa potencialmente destructor de planetas y posteriormente se embarcan en una gira mediática a gran escala para advertir a la humanidad de la amenaza que se avecina. Con el peligro inminente del cometa como telón de fondo, la película se desarrolla como una sátira de la indiferencia de los medios de comunicación y del gobierno. Tras su estreno en el servicio de streaming, Don’t Look Up acumuló el mayor número de horas vistas en el transcurso de una semana en la historia de Netflix.
En el último video entre bastidores de Don’t Look Up, publicado por el Netflix Film Club, McKay revela por qué decidió cambiar su característico estilo de filmación con cámara en mano para su última película. Afirma que quería que la película se sintiera «más limpia» y «más audaz», y que tuviera un «estallido de color y energía», utilizando técnicas que hicieran que los rostros de los personajes «se vieran realmente en la pantalla». También menciona que, aunque se ciñó a un estilo de encuadre «bastante tradicional», se dio margen para «mezclar los dos» métodos siempre que surgiera el «caos» en la historia. Vea su cita completa a continuación:
«Con No mires hacia arriba, tomé la decisión muy pronto de no hacer el estilo docu de mano. Lo mantuve un poco más limpio, un poco más audaz. Tendimos a utilizar objetivos ligeramente más amplios para que las caras de los personajes se vieran realmente en la pantalla. Quería que tuviera un poco de color y energía. Y si miras nuestro encuadre, es bastante tradicional. Pero cuando nos adentramos en la vorágine y el caos de nuestra cultura insana que lo procesa, es cuando lo dejamos volar y tendemos a mezclar las dos cosas. Así es como se siente el mundo ahora. El mundo se siente como si te golpeara con puñetazos y, al mismo tiempo, pretendiera tener una composición muy clásica».