Un «thriller» de espías y acción, que se desarrolla en Portugal y en plena Guerra Fría. «Glória», la primera gran producción 100% portuguesa que llega a Netflix, tiene todos los ingredientes para convertirse en una serie capaz de enganchar a la audiencia.
«Pensamos que era un buen primer paso para nuestra ficción tener una historia de carácter internacional para Netflix», cuenta en una entrevista Pedro Lopes, guionista de «Glória» que se acaba de estrenar en la plataforma.
La serie consta de diez episodios y está basada en hechos reales, aunque la separación con la ficción quedó «muy definida» al existir una «realidad histórica de fondo».
Grabada en la región de Ribatejo y Lisboa «desde instalaciones que aún existen y dentro de casas que fueron ocupadas por ingenieros y equipos norteamericanos», Glória tiene una cronología que considera muy fidedigna, pero con personajes ficticios.
En plena Guerra Fría, en la pequeña aldea de Glória do Ribatejo donde se ubica RARET, un centro estadounidense que transmite propaganda occidental para el bloque del Este, João Vidal, ingeniero de una familia vinculada a la dictadura portuguesa pero reclutado por la KGB, asumirá misiones de espionaje que pueden determinar el futuro mundial.
El camino hasta llegar a la plataforma comenzó hace cuatro años, cuando se dio a conocer la ficción portuguesa y la idea de SPi, la productora encargada de Glória. Lopes está convencido de la visibilidad que aportará la serie al sector audiovisual portugués, al igual que lo ha hecho con los de otros países y que, al final, «es lo que también ha tenido éxito de alguna manera en Netflix».
Lopes, consciente de que mucha ficción portuguesa se produce para ser consumida en el mercado nacional, ve esta oportunidad única para dar «mayor visibilidad» al sector audiovisual del país: «Queremos mostrar que tenemos capacidad y masa crítica para producir y bien».