Exponer una historia de amor y superación personal, hizo que de forma inesperada la directora Heidi Ewing hiciera un «acto político» en su película «Te llevo conmigo», un filme que retrata no solo el amor entre dos hombres sino las dificultades de la migración y la homofobia en México.
«No es una película política. Pero puede ser que hacer la película sea un acto político», responde este jueves Ewing en entrevista con Efe sobre la cinta que llegará a salas nacionales el 8 de julio.
La historia de amor que retrata Heidi en su primer película de ficción es la de Iván y Gerardo, dos hombres nacidos en el central estado mexicano de Puebla que se enamoran pero que las condiciones de vida que mantienen en su país los obliga a separarse en busca del «sueño americano».
Por un lado, enfrentan la discriminación de su familia y la sociedad respecto a sus preferencias sexuales mientras que, por otro lado, las posibilidades de acceder a un estilo de vida digno les es imposible por la precariedad que afrontan día a día.
«Me atrajo mucho la historia de amor. (…) Trata mucho de los sacrificios que uno hace por el otro, pero a su vez es una historia que coincide con temas de migración, de sexualidad, y de familia. Es una película que trata de hijos y padres, tiene un poco de todo», afirma Heidi.
VIDAS PARALELAS
De niño, Iván disfruta ponerse los vestidos que su madre costurera realiza todas las tardes en su casa, también le gusta vender tamales con su padre, por quien siente un amor profundo, pero del que siente su rechazo el día que este lo encuentra vestido y maquillado de mujer.
La vida de Gerardo es más radical, su padre es un hombre de rancho que no permite que en el pueblo llamen a su hijo «mujercita» y es castigado duramente por haberlo provocado.
Estas escenas aparecen en forma de recuerdo, como muchos otros que acompañan los sentimientos de añoranza que Iván y Gerardo tienen sobre regresar a su país algún día, situación que se ve frustrada por su estatus migratorio en Estados Unidos, que les impide viajar.
«Te llevo conmigo» aborda lo complejo que es abandonar el lugar de origen, las complicaciones físicas y psicológicas para cruzar la frontera de México y Estados Unidos ser atrapado, así como el vacío que genera el estar alejado de sus seres queridos y sus tradiciones.
Con tintes un poco legales y la aparición de los verdaderos Iván y Gerardo que inspiraron la ficción, Heidi no se separa del todo del documental, género que le valió una nominación al Óscar en el 2007.
HUMILDAD Y MÁGIA
Armando Espitia es el actor que da vida a Iván, mientras que Christian Vazquez interpreta a Gerardo.
Tanto Espitia, como Vazquez, no pueden describir con otra palabra que no sea «mágico» todo el proceso que vivieron durante las grabaciones.
«Suena hippie, pero de verdad hubo una especie de magia. Cuando quieres tanto una historia y te importa tanto, como lo hizo Heidi, sucede una magia», dice a Efe Armando.
«Fue un proceso muy generoso, un acto de amor todo el tiempo. Me emocionaba ver lo que estábamos creando dentro y fuera del set y cuando fue el momento de conocer a Iván y a Gerardo fue mágico», añade Vazquez.
Algo que resalta Armando, es la humildad de Heidi al estar dispuesta a aprender cosas sobre la comunidad LGBT+, de la que se considera aliada, y de la cultura mexicana siendo ella estadounidense.
«No todos los directores varones tienen esa humildad de ponerse en la figura del líder, pero decir, no lo sé todo», apunta Armando.
Para ello Heidi se acerco a gente de Puebla, para poder retratar el origen de Iván y Gerardo, y estuvo cerca de ambos, quienes hoy son sus grandes amigos.
«Pedí muchísima ayuda pensando en cómo hacerlo bien», indica la directora.
La película ha participado en varios certámenes como el Festival de Cine de Tribeca, y tuvo su estreno en el Festival de Cine de Sundance donde ganó los premios NEXT Innovator y el premio de la audiencia en el 2020.