Nicole Kidman parece estar fuera de su zona de confort al abordar el papel de la icónica actriz, comediante y empresaria Lucille Ball en el drama biográfico Being the Ricardos. Ball y su marido, Desi Arnaz, se convirtieron en estrellas de la televisión durante sus seis años de protagonismo en I Love Lucy, de la CBS, y después como propietarios de la exitosa Desilu Productions. Desilu llegó a producir 25 series, incluidas las primeras temporadas de Star Trek, Misión Imposible y Mannix.
Aunque la icónica serie de televisión de la pareja, I Love Lucy, les convirtió en estrellas de la pequeña pantalla, sería la relación profesional de Lucy y Desi la que se convertiría en legendaria en la industria de la televisión. Ball utilizó su poder de estrella para invertir económicamente en el negocio del entretenimiento y se convirtió en la primera mujer en dirigir una productora de televisión. Desilu produciría I Love Lucy y, tras el divorcio de Ball y Arnaz en 1960, ella compró la parte de su ex marido y se convirtió en una directora de estudio muy activa.
En una reciente conversación con Chris Rock para Variety, Kidman habló sobre las alegrías y los retos de interpretar a Ball. Explicó que para este papel, en particular, tuvo que dedicar una cantidad «enorme» de tiempo a su trabajo de dicción porque Ball tenía una forma de hablar muy distinta. Afirmó que estaba «fuera de su zona de confort» y «en caída libre» en el papel. Kidman también dijo que le gustaría tener la oportunidad de ser graciosa, ya que nunca le dan papeles cómicos. Explicó que, aunque mucha gente piensa que la película trata de I Love Lucy, en el fondo es una película sobre la relación y el matrimonio de la pareja.
El ritmo de la comedia de Ball inspiró a muchas actrices durante décadas. Sin embargo, Ball no era una comediante natural. Las payasadas de su personaje televisivo en un episodio concreto se preparaban de antemano. Ball tenía que dominar los matices de la escena para poder relajarse y ser cómica. Era muy técnica, y todo lo que hacía, cada movimiento que realizaba, tenía que estar preparado y ser apropiado para lo que requería la escena. Sólo entonces podía relajarse y dejarse llevar por el lado más ligero del sketch o de la escena, y Ball siempre daba en el clavo. Con tanta preparación por parte de Ball, es lógico que Kidman se sienta intimidada en su papel.
Kidman y Ball pueden tener más en común de lo que uno podría pensar, ya que su ética de trabajo parece ser de naturaleza similar. Aunque los críticos no pudieron ver a Kidman en el papel y consideraron que su elección era inusual, no hay nadie mejor para abordar la tarea de encarnar al genio de la comedia que la actriz ganadora del Oscar. Algunos nombres que se lanzaron al ruedo fueron Debra Messing, que recreó a Ball desde sus días de I Love Lucy en Will & Grace, y Cate Blanchett, que originalmente estuvo en conversaciones para el papel ya en 2017. Queda por ver si Nicole Kidman da en el clavo con la caracterización de Ball en la película. Pero si su metódico método de creación coincide con el de Ball, los fanáticos podrían llevarse una verdadera sorpresa.