Pese a haber sufrido covid-19 el pasado mes de diciembre, la actriz venezolana María Conchita Alonso desconfía de la efectividad de las vacunas, pero dice que respeta todas las medidas de seguridad para evitar el contagio por coronavirus.
La criolla dejó claro en una reciente entrevista que se mantiene firme en su posición de no vacunarse contra el coronavirus: “Los que se vacunan que hagan lo que se les dé la gana con su cuerpo, yo no pienso hacerlo porque te van a cambiar el ADN. Yo nunca me he puesto vacunas para la gripe, jamás; en realidad pienso que nos están usando como conejillos de indias, porque es imposible que en menos de un año tengan ya una vacuna que se haya demostrado que funciona, que sirve, que va a curar”, indicó María Conchita.
Seguidamente, explicó que al principio de la pandemia estuvo acompañada de Enrique Divine, cantante de origen venezolano con quien la pasó muy bien mientras no se pusieron a ver noticias, porque ahí comenzó la intranquilidad:
“Es lo que querían, plantar el terror en uno para luego poder controlarte. Cuando veo todo eso de inmediato digo, ‘tengo que hacerme una prueba’. Llamo a mi doctor y me pregunta que si me siento mal, le contesto que no y me responde, ‘tienes el virus, pero no te sientes mal, es como decir, tengo un catarro enorme pero estoy bien, eso es absurdo”.
Ahora bien, su médico le recomendó que viviera su vida, riera y que fuera feliz, además que no cayera en la paranoia, porque no era fácil que se contagiara del virus, como le decían, por un abrazo o algo así: “Me tranquilizó tanto que yo no he vuelto a ver las noticias por la televisión desde finales de marzo. No las quiero ver, no me interesan, hay mucha mentira que dicen y yo no voy aceptar que este sea el nuevo mundo que quieren que vivamos, no lo acepto hoy y no lo aceptaré nunca”.
Concluyó explicando que ella respeta la decisión de otras personas para que respeten su forma de pensar: “Hay gente que piensa de una forma, es muy respetable, pero yo exijo que se me respete mi forma de pensar porque yo respeto la de los demás. Cada quien tiene derecho de hacer con su cuerpo lo que le viene en gana y pensar como le dé la gana…Tengo amigas y amigos que se la han puesto (la vacuna), chévere, si eso los hace feliz y sentirse bien perfecto, yo no tengo ningún problema; yo estoy tomando una pastilla una vez a la semana (hidroxicloroquina), creo que es África donde el porcentaje de fallecidos es muy poco y eso se debe a que llevan por años tomado este medicamento por la malaria; que me cae mal, que no me siento bien, pues dejo de tomarlo y ya, pero una vacuna queda de por vida en mi cuerpo”.