No es secreto que, durante años, Matthew Perry ha estado luchando con adicciones que incluso le llevaron a olvidar hasta tres años de su exitosa participación en Friends. Ahora, distintas situaciones narradas por su exnovia revelan que momentos peores pudo haber vivido en esta etapa tan oscura.
Aunque el mismísimo actor ha confesado los graves problemas que tuvo con el alcohol; para el diario The Sun Kayti Edwards confesó que la mandaba a comprar muchas otras drogas incluso cuando estaba embarazada de cinco meses.
Ambos salieron juntos en la década de los 2000 y tras su ruptura mantuvieron una gran amistad, por eso siempre estuvo con él cuando entró en un programa de rehabilitación. Según ella, Perry padeció una adicción durante décadas, pero su peor racha llegó en 2011. «Estaba embarazada de cinco meses y consiguiendo cosas para él. Él me decía: ‘Nadie va a detener a una chica embarazada, no te preocupes'», explica Kayti.
Siempre siguiendo su testimonio, el actor que dio vida a Chandler Bing contactaba con sus camellos y era Edwards la que acudía a recoger la mercancía: «Abríamos la bolsa, a veces eran pastillas, cocaína, a veces heroína, crack, era como una mezcla heterogénea, nunca sabías lo que había dentro», detalla. Así, trataba de ayudar a un amigo evitando que «deambulara por las calles» o fuera atrapado por la policía o por los periodistas. «Miro hacia atrás y pienso: ‘¿Qué clase de amiga era?’ Pero quería ayudarle», añadió. No obstante, al final su relación se deterioró y se volvió tóxica: «No podía decir que no».
Incluso Matthew pagó a su amiga para que le hiciera este tipo de ‘recados’: «Solo tenía que conducir, recogerlo, llevárselo, boom, a veces tres veces al día, a veces ganaba entre 3.000 y 4.000 dólares por día. Siempre me decía que el dinero no era un problema». Este trabajo lo siguió realizando durante la etapa de Perry en ‘Mr. Sunshine’, donde le llegaba las drogas al set de rodaje de Paramount Studios.
Sus amigos se distanciaron de él
«Su círculo íntimo no quería tener nada que ver con él, estaba un poco fuera de lugar con ellos, solo porque no querían verlo así, fue muy difícil», expresó Edwards. «Sus amigos estaban haciendo cosas divertidas y pasando el rato, y nunca lo incluyeron (…). Era un poco vergonzoso… Había momentos en que yo pensaba: ‘¿Cómo puede alguien hacer tantas cosas y no morir?’ 80 Vicodin al día, eso es letal», agregó.
Y es que su adicción llegó a un punto insostenible, a un momento en que Edwards se lo encontró con las manos pegadas a las piernas mientras estaba drogado. En 2011 realizó su tercer ingreso en rehabilitación tras los intentos de 1997 y 2001, pero según Kayti, siempre bromeaba con «vamos a buscar cocaína», lo que la llevaba a pensar que en su cabeza siempre estaba el pensamiento que trataba de eliminar.