Arrancó en Madrid el juicio que enfrenta al cantante Miguel Bosé y el que fue su pareja durante veintiséis años, el escultor Nacho Palau, proceso en el que se va a decidir la filiación de sus cuatro hijos, Tadeo, Diego, Ivo y Telmo.
A las 9:00 a.m., Palau llegó al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 4 de Pozuelo de Alarcón (Madrid), en el que les corresponde tratar esta cuestión pues residían en Somosaguas (ahora Miguel tiene su residencia en México y Nacho en Valencia, España).
El escultor solicita que los dos pares de mellizos sean considerados hermanos. “Los niños se necesitan, todo es un despropósito”, dijo en declaraciones a Vanity Fair hace varios días. A su llegada al juzgado, Nacho Palau y Miguel Bosé evitaron dar declaraciones.
Cuando finalizó el juicio, Palau se detuvo ante las cámaras para resumir lo ocurrido. “Ha sido complicado. Lo que quiero es que los hermanos estén juntos. Confío en la justicia” aseguró, añadiendo que lo que le gustaría es que los cuatro niños tengan las mismas condiciones de vida.
Igual que cuando entró en el juzgado, Miguel Bosé abandonó la zona en su vehículo, algo que comentó Palau: “Yo también hubiera querido haber salido por el garaje”. No dio detalles acerca de los argumentos que utilizó el artista.
Hace dos años, Nacho Palau interpuso una demanda contra Miguel Bosé por la filiación de sus hijos, Ivo y Telmo. Palau considera que los dos niños y los dos hijos de Miguel, Tadeo y Diego, son hermanos aunque no compartan los mismos genes ni tengan los mismos apellidos.
En opinión de Palau, debe pesar el hecho de que entre ellos existe una “filiación afectiva e intencional”. Los cuatro niños crecieron en la casa del artista en Somosaguas sintiéndose hermanos, sin distinción alguna entre ellos, antes de que la pareja tomara la decisión de separarse.