El actor británico John Boyega, conocido por interpretar a Finn en la franquicia de Star Wars ha lanzado duras críticas contra Disney por dejar al lado a los personajes que representaban a la diversidad.
Boyega, habló en su nombre y en el de su compañera Kelly Marie Tran, quien se metió en la piel de Rose Tico. Además de expresar su malestar al respecto de cómo su papel y el de Tran fueron tratados en Star Wars: El Ascenso de Skywalker -el Episodio IX de la franquicia-, también ha querido defender al director del filme J.J. Abrams.
“Todo el mundo tiene que dejar a mi chico en paz”, afirma Boyega en GQ sobre el realizador. “Ni siquiera se suponía que iba a volver e intentó salvar esto. Te involucras en proyectos y no tienen que gustar necesariamente a todo el mundo. Pero lo que le diría a Disney es que no saque a relucir un personaje negro, lo comercialice para que sea mucho más improtante en la franquicia de lo que es y luego lo deje a un lado”, continúa.
Boyega, además, ha comparado cómo se trataron los personajes de Daisy Ridley (Rey) y Adam Driver (Kylo Ren) y el suyo y el de Tran. “Saben qué hacer con Daisy Ridley. Saben qué hacer con Adam Driver. Saben qué hacer con estos personajes. Pero en cuanto a Kelly Marie Tran. En cuanto a John Boyega. Que les den”, explica.
Por último, el actor también ha declarado que no guarda un buen recuerdo de su trabajo en la franquicia. “Así que, ¿qué quieren que diga?. Lo que quieren que digas es: ‘Disfruté formando parte de ello. Fue una gran experiencia’. Lo aceptaré cuando sea una gran experiencia. Le dieron todo el matiz a Adam Driver, todo el matiz a Daisy Ridley. Seamos honestos. Daisy lo sabe. Adam lo sabe. Todo el mundo lo sabe. No estoy diciendo nada nuevo”, concluye.
Algunos fanáticos tampoco estuvieron muy contentos con cómo se trataron a ciertos personajes en Star Wars: El Ascenso de Skywalker. Muchos criticaron la aparición de Rose Tico, quien, pese a la importancia en la anterior entrega Star Wars: Los últimos Jedi, en el Episodio IX contó con muy poco tiempo en pantalla.
Fuente: GQ.