Desde que Anonymous dio su aparición a principios del mes de Julio, el planeta entero quedó sorprendido con todas las revelaciones que hicieron este grupo de hackers, quienes han sido considerado los más temibles de Estados Unidos. Sin embargo, este título no debería atribuirsele pues existe una persona que pudo poder en jaque a todo el sistema político estadounidense y no necesitó ayuda de terceros.
En la historia de Estados Unidos han sido muchos los profesionales de la informática que han logrado filtrarse en las redes más confidenciales y exclusivas de los gobiernos del mundo, han existido desde hace un buen tiempo. No obstante, ha habido uno que solo necesitó la ayuda de su intelecto para meterse en las redes más importantes del gobierno estadounidense, se trata de Gary McKinnon conocido en los bajos mundos como «SOLO».
Con información de LGV
McKinnon, nació en febrero de 1966. Su gusto por las computadoras se dio a la edad de 14 años, cuando Gary se matriculó en un curso para poder trabajar como administrador de redes. Ahí descubriría que el manejo de la tecnología era natural para él; abandonó la escuela y flotó entre trabajos de soporte técnico informático.
Su obsesión por los ovnis tal vez haya sido lo que lo llevó a empezar a investigar maneras de hackear, y después de pasar noches y noches estudiando el libro The Hacker’s Handbook, en el año 2000 por fin se decidió a usar las técnicas sugeridas en él, y qué mejor que buscando evidencias de ovnis en los sistemas informáticos del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.
En 2001 ya empezaba a ser conocido bajo el pseudónimo de “SOLO”, y no era un tipo que maquilaba sus planes con sofisticados softwares y equipos; al contrario, usando el lenguaje de programación Perl, escribió un pequeño script que le permitió escanear hasta 65 mil máquinas en busca de contraseñas en menos de 8 minutos.
Después de marcar los sistemas del gobierno, ejecutó el código e hizo un descubrimiento sorprendente: muchos trabajadores federales no cambiaron las contraseñas predeterminadas en sus computadoras, lo que hizo aún más sencillo su trabajo. “Me sorprendió la falta de seguridad”, dijo en una entrevista. Unos meses después de los ataques del World Trade Center, el 11 de septiembre de 2001, apareció un mensaje extraño en una computadora del ejército de los Estados Unidos: “Su sistema de seguridad es una mierda”, decía. “Soy SOLO y continuaré interrumpiendo en los niveles más altos”.
SOLO irrumpió en casi un centenar de computadoras dentro del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, la NASA y el Departamento de Defensa. Navegó durante meses, copiando archivos y contraseñas. En un momento, derribó toda la red del Ejército de los EEUU en Washington, D.C., dejando fuera de servicio unas 2,000 computadoras durante tres días. El fiscal estadounidense Paul McNulty calificó su campaña como “el mayor ataque informático militar de todos los tiempos”.
Pero, a pesar de ser un experto, cometió un error de principiantes: no cubrió sus huellas. Pronto fue rastreado hasta un pequeño apartamento en Londres. En marzo de 2002, la Unidad Nacional de Delitos de Alta Tecnología del Reino Unido arrestó a Gary McKinnon, que tenía 36 años en aquel entonces. Los oficiales descubrieron que había pasado días enteros complaciendo su obsesión por los ovnis.
De hecho, McKinnon afirmó que los ovnis fueron la razón de su ataque en primer lugar. Convencido de que el gobierno estaba ocultando dispositivos antigravedad extraños y tecnologías de energía avanzadas, planeó encontrar y divulgar la información en beneficio de la humanidad. Dijo que su intrusión se detectó justo cuando estaba descargando una foto del Centro Espacial Johnson de la NASA, de lo que se creía que era un ovni.
“Encontré una lista de nombres de oficiales bajo el título ‘Oficiales no terrestres’; creo que éstos mismos no se encuentran en la Tierra”, expresó McKinnon en una entrevista.
La lista expone “Transferencia entre Flotas” (ovnis y naves estadounidenses), y también estaba el nombre de esas naves: USSS LeMay y el USSS Hillenkoetter. “Yo los vi, no eran barcos de la marina, creo que tienen algún tipo de nave espacial fuera del planeta”, dijo. Todo indica que los archivos en los que McKinnon se filtró de manera remota contenían datos altamente cifrados y ubicación de una nave espacial estrellada en la Tierra pero, según contó, “el gobierno se encargó de ‘limpiar la escena’ y llevársela para poder realizar ‘ingeniería inversa’”.
Además, dice hacer encontrado datos de una tecnología extraterrestre que podría ayudar a encontrar formas de energía que no contaminen el planeta, pero que obviamente fueron borrados porque hundiría a las industrias del petróleo y la energía nuclear. Otra de las cosas que reveló fue que los militares norteamericanos habían conseguido fabricar un sistema de propulsión antigravedad utilizando material de naves extraterrestres.
A pesar de lo extravagante de sus afirmaciones, McKinnon ahora se enfrenta a la extradición a los Estados Unidos bajo un controvertido tratado que podría llevarlo a prisión por años, y posiblemente por el resto de su vida. El caso ha transformado a McKinnon en una celebridad. Los partidarios se han manifestado fuera del Parlamento con carteles que piden su liberación. Hay sitios web de “Gary libre”, camisetas, carteles… La estrella de rock David Gilmour, el ex guitarrista de Pink Floyd, incluso grabó una canción benéfica en su honor.
Pero, ¿por qué tanta atención? Bueno, McKinnon ha sido diagnosticado con síndrome de Asperger, una forma de autismo. Las personas con Asperger a menudo son muy inteligentes y muchas tienen una comprensión completa de sistemas complejos, lo que hace que los investigadores estudien un posible vínculo entre el autismo y la ingeniería.
Pero los que sufren de Asperger tienen graves dificultades para leer las señales sociales y comprender el impacto de su comportamiento a menudo obsesivo. “Ha habido un número excesivo de hombres jóvenes con Asperger que se han metido en problemas con la ley”, dice la experta en autismo Rhea Paul, del Centro de Estudio Infantil de la Escuela de Medicina de Yale.
“Es difícil para ellos intuir decisiones morales que pueden ser más fáciles para los demás”, dice ella. Los abogados de McKinnon argumentan que su comportamiento criminal fue el resultado de su desorden, y han pedido a los tribunales que lo juzguen con indulgencia como resultado.
Debido al Asperger y a su depresión, se abre el debate sobre el papel de sus trastornos en el crimen. Hay quienes creen que McKinnon merece simpatía, mientras otros creen que su desorden no merece una sentencia menor. Actualmente Gary tiene 54 años, sostiene que no es un terrorista y que su único objetivo fue “encontrar información clasificada sobre ovnis de la NASA y energías alternativas”. Ahora, conociendo toda esta información, ¿crees que es culpable de terrorismo informático?