Pablo Alborán logró dejar afónicas a las 15.000 personas que cantaron y se murieron de amor al verlo por tercera vez en el Festival de Viña del Mar, entre cuyo público un chileno pidió a su novia matrimonio durante una de sus canción.
Ya desde antes de que el protagonista de la noche saliera al escenario, el ‘monstruo’, como popularmente se conoce al público, hizo retumbar el anfiteatro de la Quinta Vergara con sus gritos al ver el rostro del español en las pantallas.
Con ‘No vaya a ser’, uno de los temas más enérgicos de su último disco, Alborán inició la presentación ante un público que él mismo aseguró le ha hecho ‘crecer, soñar’ y ‘estar constantemente en búsqueda, motivación y energía’.
“Viña y Chile es responsable de que yo sea feliz” ? las emotivas palabras de Pablo Alborán en #Viña2020 ??? pic.twitter.com/ynmC5i2vY5
— Canal 13 (@canal13) February 27, 2020
‘Desde que vine a Viña mm la primera vez hicisteis que mi carrera pegara un salto, que se abrieran las puertas de muchísimos lugares. Viña, y Chile, es responsable de que yo sea feliz’, dijo el apuesto malagueño.
El repertorio no defraudó. Tras ‘Pasos de cero’ y ‘La escalera’, del que fue su tercer disco, una intimista ‘Dónde está el amor’, que interpretó sin chaqueta y con camiseta manga corta, fue calentando el ambiente en la cada vez más fría noche.
Luego llegaron ‘Quién’, con coros del publico en solitario en la parte final, ‘Tanto’ y ‘Te echado de menos’, guitarra en mano, para dar paso a la marea de globos blancos iluminados con los que el público acompañó en ‘Saturno’.
El regalo de Pablo Alborán para la Quinta Vergara que nos enamoró ?? #Viña2020 pic.twitter.com/ph8AIx2u4w
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Ante los presentadores del festival, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo, el cantautor, que saltó a la popularidad en 2011 con su primer disco, de título homónimo, insistió en que ‘siempre es un regalo volver’ a este festival.
Una canción improvisada, con una letra dedicada a Viña del Mar al piano, elevó los ánimos del público hasta el punto de que la Gaviota de Plata se había quedado corta. Pablo Alborán merecía también la de oro y la tuvo.
«Gracias, familia. Las gaviotas las pongo siempre cerca de la foto de mi familia, de mis sobrinos. Ese es mi mejor trofeo y estar aquí y poder llevarme esto os juro que es como tener a alguien más de mi familia», reconoció.
Fuente: Diario de Navarra