Un año ha transcurrido desde que el magnate británico, Richard Branson, organizara el mega concierto Venezuela Aid Live en la zona fronteriza con Colombia, con el fin de recaudar fondos para ayudar a paliar la crisis migratoria venezolana.
Si bien el objetivo era recolectar 100 millones de dólares, el evento que reunió a 32 artistas y fue presenciado por más de 300.000 espectadores, solo recolectó 2,3 millones. Aún así, fue uno de los hechos más sonados durante el 2019 no solo en el ámbito político venezolano, sino también para Colombia.
Para el régimen de Nicolás Maduro, que calificó el ingreso de la ayuda humanitaria pautada para el mismo día del concierto como una farsa para una invasión militar, el acto liderado por Branson y la táctica apoyada por el Gobierno de Iván Duque, llevaron al chavismo a congelar aún más las relaciones bilaterales con el vecino país.
Al menos unas 285 personas resultaron heridas luego de que Maduro ordenara el cierre de tres puentes internacionales para impedir el ingreso de la ayuda humanitaria, mientras que 60 militares venezolanos desertaron a Colombia al no apoyar las órdenes de represión y unirse a los manifestantes.
Asimismo, unas 40 toneladas de ayuda humanitaria, entre alimentos y medicinas, fueron quemadas en las inmediaciones del Puente Internacional Francisco de Paula Santander.
Por otro lado, Maduro decidió romper las relaciones con Colombia y expulsó al cuerpo diplomático de Caracas. A pesar de ello, la migración venezolana hacia territorio colombiano no se redujo. Al contrario, continuó incrementándose durante el último año.
Según datos recogidos por el portal web La Opinión, en febrero del 2019 habían 167.958 venezolanos en Norte de Santander, mientras que el último informe de Migración Colombia señala que al cierre de octubre del 2019, la cifra subió a 183.215.