Aunque muchos podrían llegar a pensar que no le hace falta; el esposo de Meghan Markle, el príncipe Harry de Inglaterra, estaría sometiéndose a algunos cambios en la exclusiva Clínica Philip Kingsley, buscando solución a su calvicie.
A este centro, ubicado en Londres, acuden hombres de negocios, según el diarios The Sun, los más adinerados de Europa.
Algunos testigos han hablado con el mencionado medio inglés para revelar que han visto al príncipe en la clínica; para realizarse un implante capilar. “La visita de Harry causó un gran revuelo. Esta empresa es muy prestigiosa. Es uno de los mejores lugares del mundo y la reunión que mantuvieron con Harry fue bien”, declaró.
En su boda (2018) se pudo observar que la cabellera del nieto de Isabel II se había disminuido considerablemente. Por si fuera poco; el estrés por la opinión pública y distintos temas en los que se ha viso envuelto fueron detonante para la pérdida de cabello.
La misma prensa se ha servido en hacer comparaciones de hace años con las más recientes del príncipe y se nota cómo el tratamiento ha ido dando frutos.