La actriz colombiana Margarita Rosa de Francisco recapituló en una entrevista con El Tiempo un traumático episodio de su infancia en el que el conductor de su papá la embaucó diciéndole que le iba a enseñar a manejar.
Con el triste recuerdo en su columna del diario bogotano, la también presentadora suma su voz a la ahora consigna internacional ‘Un violador en tu camino’, originada en el colectivo feminista de Chile Lastesis, que se manifestó contra las violaciones de los derechos de las mujeres, en medio de las protestas que sacuden a ese país, y que ha tenido repercusión mundial.
“El violador en nuestro camino no es un individuo sino todo un sistema de abandonos y de duelos desiguales encadenados unos a otros”, escribe De Francisco, poniendo en perspectiva sociológica su caso. “Sigamos gritando, mujeres, si eso ayuda a desarmarlo”.
En ese grito suyo, la actriz cuenta cómo, cuando tenía ocho años, y en su Cali natal, el conductor del carro de su papá, de unos 25 años (calcula ella), “delgado como un bailarín, pecoso y pelirrojo”, para más señas, la llamó cuando ella se bañaba en la piscina de la casa de una tía con su hermano y un amigo de él, para ofrecerle una clase de manejo.
“No eras un extraño; llevabas varios meses trabajando para nosotros”, se dirige De Francisco al conductor de entonces. “Aunque hablabas poco, eras simpático, nos hacías reír; mis papás te tenían confianza, no era la primera vez que ‘nos cuidabas’. Fue ese momento particular en la terraza lo que me hizo desconocerte; esos minutos antes de que me invitaras a darme ‘lecciones de manejar’”.
De Francisco toca también un aspecto psicológico que quizá confunde a quienes han sido víctimas de abuso en su infancia, y los puede desanimar a contar sus historias. Dice, dirigiéndose siempre a su abusador: “‘Lo que pasó’ contigo no sé si me lo he inventado. Todavía me pregunto si más bien se trata de una fantasía que tuve al sentir tus ojos tan fijos sobre mí”.
El conductor la llevó a un lugar apartado, donde no hubiera carros para poderle enseñar, por la vía al aeropuerto. “Siéntese aquí (sobre tus piernas). Agarre el timón que yo me encargo de lo demás…”, le dijo a la niña.
El espacio de la columna en el periódico no da para ahondar en detalles. Pero De Francisco ya había contado el episodio en YouTube a ‘Colombianas: Una biografía colectiva’. Allí dio más pormenores de ese oscuro pasaje de su infancia.
“Me lleva por una carretera cerca al aeropuerto, y yo ya comienzo a sentir un terror indecible dentro del carro. Empiezo a percibir que algo no está bien ahí”, recordó la actriz en ese espacio. “El hombre para el carro y me dice: ‘Siéntese en mis piernas’. Yo me siento ahí, y la clase de manejar comienza”.
“Tengo en mi recuerdo, porque yo también digo que me lo pude haber inventado. Y si me lo inventé, igual es una imagen que yo tengo fija en mi experiencia como mujer. Yo me siento allí y yo creo que el señor empieza a masturbarse estando yo sentada. Y yo empiezo a sentir el pene de él. Pero entonces tengo la confusión de que me había sentado encima de la palanca de cambios. Luego yo estoy simplemente cogiendo el timón con las manos. Tengo al hombre detrás con una respiración horrible. Me dice que simplemente coja el timón y que él hace lo demás”, agrega De Francisco en su vívido recuerdo.