El artista busca. No siempre encuentra, pero siempre busca. Y tras tras tres discos de estudio, tres nominaciones al Latin Grammy e incontables presentaciones en las principales tarimas del mundo, Famasloop, banda de artistas forajidos venezolanos refugiados en la Ciudad de México desde 2017, finalmente ha conseguido algo; ese algo ha sido «Gira».
«Gira» es el primer single extraído de un esfuerzo artístico titánico, una obra discográfica enteramente audiovisual que ha sobrevivido a una dictadura, una migración forzosa y un desastre natural que casi termina sepultándolos junto a la computadora en la que trabajaban en su nuevo disco, que no en vano se llama «Lo más seguro es que quién sabe» (Pararrayos – 2019).
La banda, recién mudada a México, trabajaba en la música de lo que terminaría siendo “Gira” cuando ocurrió el terremoto de 2017. Su estudio ubicado en el sexto piso de un edificio en La Condesa quedó muy afectado. A la noche siguiente, escondidos de defensa civil, subieron a rescatar el disco duro en el que tenían todas las sesiones originales de “Lo más seguro es que quién sabe”.
Al regresar a casa, escribieron la letra y grabaron la voz definitiva de lo que sería “Gira”, una canción que es un canto de amor: a la vida; al universo impredecible del que formamos parte y del cual estamos hechos; y a México, el país que los recibió con los brazos abiertos y que les enseñó su cara más conmovedora y admirable en la hora del desastre.
El nombre Famasloop está inspirado en “historias de cronopios y de famas” de Julio Cortázar, escritor de “Rayuela”, novela en la que el lector no puede ser pasivo porque tiene que elegir su propio camino. Al igual que con “Gira”, hay un video distinto en cada cabeza, pero para disfrutarlo deben cumplirse tres condiciones: tener audífonos, tener tiempo para dedicar toda la atención y, lo más importante, cerrar los ojos cuando se indique.
«Gira» constituye un verdadero desafío para audiencias que cada vez están más y más acostumbradas a la sobre-estimulación sensorial inmediata. Este video, dirigido por Alain Gómez, mucho más que decir “mírame a mí”, grita “mírate” y obliga a hacer una pausa, a buscar un espacio y a verse por dentro. Juega con la idea del silencio visual, y usa la música como agitador de la imaginación, no como la mera compañía a imágenes.