Peter Dinklage, conocido mundialmente por su impecable papel en Game of Thrones, ofreció un íntima entrevista en la que reveló detalles de su pasado, incluyendo las burlas que sufrió por su condición física y las dificultades económicas que afrontó.
Peter nació en Morristown, un pueblo de Nueva Jersey, Estado Unidos, en medio de una familia de pocos recursos. Su padre era vendedor de seguros y su madre maestra de música.
Desde pequeño supo que padecía acondroplasia, condición que afectaba el crecimiento de sus piernas y brazos, pero que no le impediría cumplir sus sueños y objetivos, ya que su familia siempre le inculcó la confianza necesaria para lograr lo que se propusiera, a pesar de su 1,34 metros de estatura.
«Nunca hablé de mi estatura con mi familia. No había nada que explicar. Es como tener que explicar tus manos. Creces con ello, es parte de ti, no es algo que aparece de repente una noche, como por ejemplo una enfermedad», declaró alguna para Rolling Stone.
A los seis años se encontró por primera vez con los escenarios, al tocar música Who Quadrophenia con latas de atún junto a su hermano en varios locales.
«Hacíamos todo el disco y vendíamos entradas. Poníamos los altavoces bocabajo en el suelo de arriba para que la música sonara a través del techo», agregó el actor de 49 años.
Aunque sus padres forjaron en el valentía para desarrollar una personalidad que superara sus limitaciones físicas, eso no detuvo las burlas a las que se tuvo que enfrentar; lo que hizo crecer en el cierta amargura respecto a su personalidad.
Dinklage obtuvo sus de Teatro en la escuela de Delbarton, se mudó a Nueva York, donde tuvo varias dificultades económicas para pagar el alquiler. En sus primeros años compartió el apartamento con amigos, durmió en el suelo, se hospedó en otro sin calefacción y hasta compartió el piso con ratas.
Su primer papel de manera profesional fue en la película independiente Living in Oblivion y por mucho tiempo se declaró en contra de interpretar un papel de duende, por considerarlo inferior a sus capacidades y ser la burla de su enanismo.
«Fui demasiado específico. No tenían la imaginación para enviarme en audiciones para cosas que no fueron escritas para un enano», dijo.
Así que se involucró en proyectos independientes tanto en cine como en teatro que le permitieron formarse como actor, hasta que llegó el papel que lo catapultaría al estrellato: Tyrion Lannister en Game of Thrones.
Su trabajo le ha hecho merecedor de varios premios incluyendo el Emmmy Award por mejor actor de reparto.