Él no diseña para concursos de belleza, ni usa brillos o pedrería. Lo suyo es la silueta, contornos y mucho rock and roll. Sus logros demuestran que en la moda nacional no existe un patrón único de éxito.
A poco más de dos años de su come back, el reconocimiento del diseñador Rolando Bracho aumenta. Y es que para vestir a mujeres poderosas, socialités y al jet set criollo se requiere mucho más que suerte.
En medio del lujoso hotel Hesperia de Valencia, se acordó la cita. Justo allí, detrás de una puerta de vidrio mate se encuentra su templo; una oficina-atelier donde la magia sucede.
Ver a un creador en su elemento es cautivante. Tras un par de puntadas sobre una blusa encargada, nos dispusimos a conversar; como pocas tertulias, a veces es preferible iniciar por el final.
2018 cerró a lo grande para él; en ese año acumuló un puño de portadas y editoriales de revistas, lanzamientos, showrooms, apariciones en fashion shows y consolidó múltiples matrimonios artísticos. La firma de Rolando Bracho figuró desde la pasarela del Sambil Models, al vestir a más de nueve personalidades (entre candidatas y celebridades) hasta la última edición de los premios Pepsi Music.
Vestido de estrellas. Fue en septiembre de 2016 cuando se consolidó como diseñador de cabecera para grandes luminarias criollas, al vestir a Chiquinquirá Delgado durante la alfombra fucsia de «Las 25 mujeres más poderosas» para la revista People en Español.
«Ellos me llamaron y estaba muy asustado, pues solo me mandaron las medidas. Lo complicado de trabajar con artistas internacionales es que uno usualmente manda el traje; Chiquinquirá Delgado, quien tiene un cuerpo muy moldeado y a la vez difícil, es de tronco largo y hay que buscar la cintura en el punto ideal«, reveló Bracho.
Así arrancó un camino privilegiado, que embellecería al showbitz. Dentro del privilegiado grupo de figuras con quienes ha trabajado también destacan: Karelis Oliveros, Valeria Valles, Anmary Camacho, Wanda Di’sidoro, Jalymar Salomón, Daniela Digiacomo, Joseiny González, Blanca Aljibes, Daniela Kosan y muchísimas celebridades más.
Actualmente Rolando Bracho está concentrado en colaborar con figuras públicas, siendo la más reciente Ninoska Vasquez. El diseñador llevó toda su colección para que la afamada Miss Tierra Venezuela 2017 seleccionara las piezas de su interés.
Con este compromiso Bracho consolidó una gran aspiración al vestir a una de sus musas nacionales. «A mí me gustó poder trabajar con ella porque es una chica que disfruta mucho de la moda. Además ella tiene la posibilidad de atender a varias pasarelas internacionales. Solo por el hecho de que ella pueda lucir un vestido Balmein o Valentino y luego use un Rolando Bracho me llena de gusto«, comentó el diseñador.
Bracho ha descubierto que la gente siente más identificación cuando se les muestran fotografías de personalidades vistiendo la marca que cuando se prepara una producción fotográfica de la colección. Por ello se ha dispuesto a intensificar su trabajo de la mano de artistas.
Pepsi Music un espacio glam-rock ‘Brachísimo’. Durante las últimas dos ediciones de los Premios Pepsi Music, se le ha visto a Bracho en pleno. Para la primera ocasión vistió a Daniela Kosan durante toda la campaña y a seis personalidades más.
Posteriormente ha vestido a figuras como Wanda de Isidoro. Pero también ha trabajado directamente con la organización al confeccionar los atuendos de las chicas estatuillas de Pepsi (quienes entregan los galardones del evento). «A mi me encanta trabajar con Pepsi porque ellos tienen esta onda medio rockera y me marca tiene mucho esa vibra desenfadada; en tonos negros en ocasiones contrastado con metales.
Nacer para la moda
El gusto por la costura lo bordó en su infancia. Bracho reveló que desde pequeño pasaba horas espiando a su vecina que era costurera. «Me asomaba entre las rejas de mi casa y la miraba coser por horas a través de la ventana. Mientras fui creciendo me involucré más; le diseñada los vestidos de quinceaños a mis amigas o los trajes para los reinados escolares», recordó jocosamente.
Sin embargo, su formación como diseñador tuvo que esperar. Su padre siempre quiso que el fuera militar, sueño que nunca se materializó. «Creo que si lo hubiera hecho los pantalones del uniforme del ejercito, al menos, estarían todos entallados«, bromeó al referirse sobre ese respecto.
A sus 16 años se mudó a la ciudad de Valencia e inició estudios universitarios, siendo el diseño gráfico la alternativa ‘segura’. Según recuerda solo lo hizo para complacer a su padre y graduarse de una carrera de ‘hombrecitos’. Pero la vocación venció.
Costura encubierta. Cuando se volcó de lleno al diseño de modas lo mantuvo oculto por mucho. «Me trasnochada cociendo todas las noches para no levantar sospechas. Desde comprar las telas hasta presentar las evaluaciones era toda una travesía», destacó Bracho. Pero el disimulo no fue eterno. Un titular de la prensa local lo impulsó a dar el siguiente paso. En ese momento había una convocatoria para diseñadores noveles, quienes podrían exhibir una muestra de sus colecciones en un evento importante.
Sin estimar sus temores, se inscribió y se valió su pase al Venezuela Modas. Sin posibilidades de encubrir su participación en el desfile se vio obligado a confesarle todo a sus padres e invitarlos al showroom.
Desde ese entonces sus prendas han viajado lejos, incluso hasta la ciudad itinenerante de Black Rock en el desierto de Nevada. Ni si quiera el mismo Bracho pudo anticipar que un diseño suyo figuraría en el festival Burning Man 2018.
Actualmente Rolando Bracho prepara su próxima colección. La producción promete regresar a su paleta de colores insignia: blanco, grises y negro con un acento metálico, adelantó. La nueva línea pretende ser lanzada en la capital, aunque no se descarta un lanzamiento en Valencia. Trascendió que se centrará en trajes de noches, tal y como alguna vez lo hizo en sus comienzos.