Durante una entrevista, Elysia Downings le confesó al diario británico The Mirror, que no ha encontrado una pareja porque es adicta a los juguetes sexuales, y asegura que su afición no es del agrado de muchos hombres, por lo que quizá esa sea la razón por la que no ha conocido el verdadero amor.
La joven de 28 años aseguró que ha gastado unos 4.000 dólares en diversos aparatos de distintas formas, colores y funcionamientos para lograr placer sexual.
Elysia Downings le comentó al medio de comunicación que una vez uno de sus novios, tiró por la ventana todos sus juguetes sexuales porque le molestó que los usara sin su presencia.
«Ellos tienen que aceptar que cualquier cosa con baterías siempre hará el trabajo más rápido y más eficiente», afirmó la joven.
Unas «10 veces al día» usa sus juguetes sexuales, así afirmó la británica de 28 años. Su adicción comenzó cuando apenas tenía 13 años, ya que encontró en la masturbación un escape para evadir la realidad difícil de su hogar y su familia. En ese entonces no tenía dinero para comprar juguetes, así que usaba aparatos que había en su casa, como masajeadores o cepillos de dientes.
Cuando a los 17 años pudo comprarse su primer juguete, supo que no había vuelta atrás. El vibrador más caro que posee es uno por el que pagó 130 dólares.
Elysia afirma que ella es muy diferente a otras mujeres, es por eso que explica que cuando no experimenta un orgasmo se pone de mal humor: “A algunas mujeres les gustan los zapatos o los bolsos; a mí me encantan los juguetes sexuales”.
Downings señala que lo que más le gusta de sus juguetes es que puede explorar su propio cuerpo con entera libertad y comodidad: “No juzgarán mi cuerpo desnudo ni me harán sentir cohibida. No me engañarán ni romperán mi corazón. Además tengo el orgasmo garantizado”.
Al momento de viajar, lo hace con algunos artículos de su colección y cuando pasa días enteros fuera de casa, lo primero que hace al llegar es usar sus juguetes que además alivian su estrés y sus tensiones.
“He conocido a hombres que encuentran atractiva mi afición, pero a la mayoría le resulta desagradable. Mi hombre perfecto está en alguna parte, pero por ahora soy feliz sin uno”, finalizó la madre de un pequeño de seis años.
¡Qué tremenda!