La periodista Yolimer Obelmejías publicó en sus redes sociales durante los últimos días #DiarioDeUnaEnchufada, una serie de videos donde relata la supuesta «vida lujosa» que lleva tras firmar un contrato de trabajo con Globovisión, el principal canal de televisión noticioso de Venezuela, y una de las últimas instituciones implicadas en casos de corrupción con el Gobierno, sancionado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y donde la comunicadora labora hace más de un año.
Obelmejías, quien participa en la sección de periodistas en el programa «Sábado en la noche», de la misma cadena televisiva, quiso dar un mensaje a través de varios clips cortos publicados en su cuenta de Instagram, como respuesta a quienes la acusaron de ser «enchufada», término adaptado por los venezolanos para calificar a las personas que obtienen beneficios económicos de sus relaciones con el Gobierno de Venezuela, uno de los más corruptos del mundo.
«Qué se siente firmar un contrato en un canal donde el dueño está sancionado por el Dpto. del Tesoro de EEUU… A ver cuéntanos tu experiencia», escribió un usuario. «Enchuuuufateeee con Globovisiooon . Cómplice», señaló otro, comentando la fotografía donde aparece Yolimer firmando el contrato con el canal.
En el material posterior, relata cómo es su día a día, siendo una profesional con más de cuatro empleos y sufriendo los caóticos problemas de un país con la mayor crisis económica y social de su historia, donde las actividades cotidianas se hace cada vez más dificultosas por la desidia en los servicios públicos, producción, y otros factores de calidad de vida.
En la primera parte de #DiarioDeUnaEnchufada, Yolimer hizo un recuento de su mañana, agobiada por la falta de transporte y otros problemas de la capital venezolana. Sin embargo, el audiovisual que más llamó la atención fue el cuarto video, donde la periodista se debate entrar a una intrincada fila para adquirir productos de primera necesidad, rutina que afecta a la mayoría de los venezolanos debido a la escasez de alimentos y el alto costo de estos.
En su último video, Obelmejías alegó que, como todo periodista de un medio impreso, debe acudir los fines de semanas a su sitio de trabajo para cumplir con sus labores en guardias especiales, puesto que la comunicadora también tiene un puesto como redactora en el diario El Universal, uno de los pocos periódicos que sigue en circulación dentro del país.
¿Por uno pagan todos?
Venezuela es el país más corrupto de América, según la Organización sin fines de lucro (ONG) Transparencia Internacional, en su informe anual de 2018. Muchas instituciones de alto prestigio han visto manchada su reputación y la de sus empleados por la relación de sus directivos con el Gobierno chavista. Mientras que personalidades como Maite Delgado, Rocío Higuera y Norkys Batista, también han sido acusadas de ser «enchufadas»; ¿Pero hay pruebas fehacientes de ello?
Hemos sido testigos de cómo se ha acusado sin argumento alguno a personas que nada tienen que ver con los personajes que destruyeron la estructura democrática y socio-económica del país, debilitando paulatinamente la calidad de vida de miles de venezolanos y obligando a otros millones a migrar en busca de oportunidades y seguridad.
Es preciso indagar sobre las verdaderas necesidades de la sociedad venezolana para contribuir de manera positiva desde una posición personal y evaluar cada alegato que se publica en las redes sociales, un espacio donde la sensibilidad de cada usuario contribuye a dibujar una línea que marca la diferencia entre ver estas aplicaciones como una herramienta de cambio o como una máscara para tener el falso poder de expresar lo que se quiere, en lugar de lo correcto: la verdad.