Este fin de semana, la pianista venezolana Gabriela Montero recurrió a sus redes sociales para mostrar su rechazo a las críticas de las que fue víctima luego de juzgar al director de orquesta Gustavo Dudamel, por decir que Venezuela atraviesa una «crisis bastante compleja».
A su juicio, Dudamel no aprovechó los canales que dispone para poder denunciar la verdadera crisis de Venezuela; y así lo hizo saber a través de varios tweets que publicó. «Imposible no reprochar la banalidad de los comentarios de Dudamel. Vzla muere gracias a sus amigos del régimen y aún tilda de ‘compleja’ la situación», escribió.
Imposible no reprochar la banalidad de los comentarios de Dudamel. Vzla muere gracias a sus amigos del régimen y aún tilda de “compleja” la situación. No solo se benefició del régimen, sino que también desaprovecha cada una de sus múltiples plataformas públicas para denunciarlos. https://t.co/5c1AslJldo
— Gabriela Montero (@monterogabriela) November 24, 2018
Ante esto, Gabriela Montero recibió un sinfín de críticas, por lo que nuevamente hizo uso de sus redes sociales para responder las acusaciones con dos mensajes contundentes.
Cuando un músico apunta el dedo a un colega por su conocido y evidente rol en el colapso de su país, lo llaman “envidia y querer figurar”. Si la denuncia es de una mujer a un hombre, añádanle “‘malvada y obsesiva”. La censura tiene muchas formas- algunas más feas que otras.
— Gabriela Montero (@monterogabriela) November 26, 2018
Cuando un músico apunta el dedo a un colega por su conocido y evidente rol en el colapso de su país, lo llaman “envidia y querer figurar”. Si la denuncia es de una mujer a un hombre, añádanle “‘malvada y obsesiva”. La censura tiene muchas formas- algunas más feas que otras.
— Gabriela Montero (@monterogabriela) November 26, 2018
«Cuando un hombre apunta el dedo a otro hombre por su evidente y conocido rol en la maquinaria destructiva que colapsó un país, se le respeta. Cuando una mujer lo hace, somos ‘viscerales, insensatas, obsesivas y tenemos alguna riña personal u obsesión sexual’. No hemos avanzado», escribió en un principio.
Luego, la artista agregó: «Cuando un músico apunta el dedo a un colega por su conocido y evidente rol en el colapso de su país, lo llaman ‘envidia y querer figurar’ (…) La censura tiene muchas formas- algunas más feas que otras».