Al reanudarse, después de un mes, las convivencias entre Julián Gil y su hijo Matías, el encuentro del sábado 14 de abril tuvo un final complicado. Después de pasar juntos el tiempo reglamentario, el actor tenía en brazos a su hijo y buscaba tomarse una foto con el pequeño de un año y tres meses, cuando éste le fue arrebatado de los brazos por un hombre que acompañaba a la niñera.
El actor argentino no pudo contener el llanto y declaró a los medios ahí reunidos que se sentía muy decepcionado por el resultado de esta convivencia: «Sigue siendo igual que todas. De alguna manera, inhumana, porque no es normal». Luego señaló el momento que aconteció minutos antes: «Ya vieron que no puedo tomarme ni una foto con Matías».
Julián apuntó que incluso el propio centro de convivencia hizo un oficio que se giró al juez, donde consta que el niño se lo pasa mal y el padre también.
«Esto nos perturba. Yo le he suplicado y le he implorado de todas las formas posibles al juez que ponga un régimen de convivencias normal, que no estemos obligados a volver a este lugar. La madre ( Marjorie de Sousa) nunca ha puesto un pie aquí, y no tiene idea de lo que es, lo que se siente. Yo debería poder entregárselo al salir a ella y no a unos desconocidos».
«La madre no tiene la decencia para entregármelo o para entrar y ver a lo que expone al niño, a su hijo, y ella no se imagina a lo que somete al niño, pero estas son decisiones tomadas por ella», agregó.
«Yo no quiero venir, y el niño no debería, porque sufre mucho. Yo he cedido en todo. No entiendo. Ya retiré las demanadas penales y cumplí con todo lo que se me pidió… con el niño ahí dentro no se puede hacer nada. No sé si volveré (al centro de convivencia) a mí me hace mal y le hace mal al niño. Creo que ( Alma Pellón) la abogada, es una persona sin escrúpulos cuya única victoria es separar a un padre de su hijo», concluyó el actor.