Después de 6 meses de ausencia, Ariana Grande volvió a aparecer en la fiesta de Madonna que ofreció al finalizar los Oscar. La cantante acudió a este after muy bien acompañada por su novio Mac Miller, con quien se le veía sumamente feliz y enamorada.
Pero lo que más destacó en ella fue su look. La joven, de 24 años, lució un mini vestido negro con unas plumas en la parte superior y unas botas negras por encima de la rodilla, pero su larga cabellera, ahora, rubia, fue lo que más impactó.