Entre eufóricos gritos, aplausos y música de mariachi, la ciudad de Guadalajara, en el occidente de México, festejó el domingo el triunfo en los Oscars 2018 de su hijo predilecto: Guillermo del Toro.
El cineasta de 53 años obtuvo el máximo galardón de Hollywood a Mejor Director por «La forma del agua», un filme que en total ganó cuatro estatuillas incluyendo Mejor Película.
«Se agradece que siga conservando la amistad a pesar de ser una persona tan connotada, tan encumbrada, que tenga como orgullo ser tapatío (de Guadalajara) y que lo exhiba, que sea su estandarte», comentó David López Ochoa, amigo de juventud del cineasta.
«Muy justo, agradecido por ver este momento, ver a Guillermo triunfar, levantando esa estatuilla. Yo creo que llega en el mejor momento, creo que es una película que yo considero es su mejor obra hasta ahora«, dijo César Cosío, amigo y vecino de la infancia de Del Toro, quien sigue muy vinculado a Guadalajara.
Terminada la ceremonia en Hollywood, los amigos y seguidores del cineasta en Guadalajara se trasladaron al monumento a La Minerva, uno de los más emblemáticos de la capital de Jalisco, para festejar el logro. Allí se les unieron otros seguidores de Del Toro quienes dieron una «vuelta olímpica» llevando entre brazos una réplica de casi dos metros de la estatuilla dorada.
Con este logro, Guillermo del Toro se convierte en el tercer cineasta mexicano en llevarse la estatuilla al Mejor Director. En 2014, su compatriota Alfonso Cuarón lo hizo con la cinta “Gravedad”. En 2015 y 2016 Alejandro González Iñárritu lo logró con “Birdman” y “El Renacido”.
Cabe destacar que el cineasta se vio obligado a abandonar la ciudad de Guadalajara junto a su familia en 1998, como consecuencia del secuestro de su padre, que tras ganar la lotería había montado un exitoso negocio.
Fuente: AFP