Uno de los momentos más esperados del año en el mundo del deporte estadounidense es la noche de la Super Bowl. La cita, mucho más que un evento deportivo, es una fiesta mundial marcada por un despliegue extraordinario.
Como cada año, la expectación empieza ya desde la previa. Uno de los momentos más esperados de la noche es la interpretación del himno nacional, uno de los mayores compromisos que pueden vivir en su carrera los artistas invitados.
Este año, el The Star-Spangled Banner ha sido interpretado por Pink, sobre la que se han dirigido todas las miradas. Es la primera vez que la cantante participa en el célebre evento, después de que el pasado 8 de enero se diera a conocer su presencia en la Super Bowl 2018.
La estadounidense de 38 años ha tomado así el relevo de Luke Bryan, protagonista el año pasado en la 51ª edición de la Super Bowl. La cantante se une así a una lista de afortunados como Lady Gaga, Idina Menzel, Kelly Clarkson o Alicia Keys.
Además, al espectáculo se ha unido el actor y director Alexandria Wailes, que ha interpretado la actuación de la cantante de 38 años en lenguaje de signos, en nombre de la Asociación Americana de Personas sordas (NAD).