La reina Isabel II de Inglaterra y Felipe de Edimburgo festejan hoy el 70ª aniversario de su boda, sellando una unión en la que él aceptó vivir a su sombra y ella perdonarle sus salidas de tono.
Tres de sus hijos se divorciaron (Carlos, Ana y Andrés), pero su matrimonio se ha prolongado siete décadas sin que asomase ni una diferencia a la luz pública.
No participarán en actos públicos conmemorativos, pero las campanas de la abadía de Westminster, donde se casaron, sonarán a la 13:00 GMT para recordar el día. Isabel II y Felipe pasarán la jornada con otros miembros de la familia real, dijo a la AFP un portavoz de la Casa Real.
Tras 70 años, el clan es grande e incluye a la pareja, sus cuatro hijos, ocho nietos y cinco bisnietos, a los que se sumará un sexto en abril, fecha estimada del nacimiento del tercer hijo del príncipe Guillermo y Catalina.
A los 96 años, Felipe de Edimburgo decidió este verano (boreal) retirarse casi totalmente de la vida pública, lo que le ha permitido ganar tiempo para pintar y leer, mientras que la reina está, a los 91 años, empezando a delegar actos oficiales en su hijo y heredero al trono Carlos, de 69.
Fue una historia de amor a primera vista. Isabel tenía sólo 13 años cuando se vio deslumbrada por aquel cadete de Marina rubio de 18 años, miembro de la familia real griega que tuvo que huir del país.
Pasaron ocho años —que incluyeron una guerra mundial en la que Felipe combatió— hasta que se casaron con gran pompa en la abadía de Westminster, el 20 de noviembre de 1947.
La entonces princesa llevaba un vestido de satén bordado con rosas y decorado con miles de perlas.
En aquel periodo duro de posguerra, la boda fue «un destello de colores en el camino difícil», dijo Winston Churchill, entonces líder del Partido Conservador en la oposición.
El recuerdo vivo de la guerra y la perviviencia del sentimiento antialemán hizo que varios familiares alemanes de Felipe -incluyendo a sus tres hermanas vivas- no asistieran al enlace.
Antes de la boda, la reina madre le preguntó a su futuro yerno si amaría a su hija.