Las imágenes son crudas. Muestran el pie destrozado de Christina Fish, una joven que en 2014 perdió un dedo de su pie derecho luego de sufrir un accidente durante un show de Katy Perry en Raleigh, Carolina del Norte. La mujer había sido contratada como parte del staff de la gira Prismatic World Tour de la cantante para armar y desarmar escenarios.
En la noche del concierto, en Raleigh le pidieron ayuda para mover una pared, según consignó el sitio TMZ, que consiguió las imágenes que recorren los Estados Unidos. Su dedo quedó atrapado en ella y lo aplastó. Sintió cómo se le llenaba de sangre, a punto de creer que le iba a estallar. «Gracias a ti, sólo tengo 9 dedos», tituló ese portal.
Fish señaló que se apartó y esperó por una asistencia que jamás apareció. Nadie de la organización llamó a una ambulancia o a algún médico para que la atendiera. El dolor era intenso, entonces se comunicó con un amigo que la llevó a una guardia hospitalaria.
Su dedo padeció gangrena y debió ser amputado. Durante meses, Fish debió permanecer postrada, sin poder caminar. Ni siquiera podía usar sus zapatos. Pero eso no fue todo, según publicó el sitio especializado en espectáculos. La mujer padeció un estrés mayúsculo: debió «convivir» con su dedo muerto varias semanas hasta que finalmente se lo cortaron, según le habían recomendado los médicos.
Indignada y asesorada por abogados, Fish decidió iniciar una demanda multimillonaria contra Katy Perry, los organizadores y la compañía que posee los derechos de la artista.
Con información de Infobae