Bella Thorne siempre fue clara, a la hora de recibir críticas: no encuentra nada de malo en no rasurar sus piernas, ni siquiera para un evento importante. Es que, de alguna forma, la depilación es un invento cultural que recae en la mujer, y es otra forma de evidenciar la desigualdad de género que hay en la sociedad.
Thorne, esta vez, demuestra que cambió de parecer, por lo que depiló su zona genital en orden de querer usar una bikini. Obviamente, fiel a su estilo, decidió “caer” en las reglas culturales, no sin antes demostrar lo que vive una mujer en cualquier tipo de sesión de cera: gritos, cara de horror y, sobre todo, mucho dolor.
La actriz no es la primera vez que intenta naturalizar las costumbres femeninas: hace tiempo se filmó rasurándose sus axilas, con cierta cara de enojo. Es que, ¿por qué nosotras sí y ellos no?