En los últimos años, las noticias que aparecían de su vida hablaban de sus problemas médicos y de los enfrentamientos entre su último marido, Frederic Prinz von Anhalt (con quien se casó en agosto de 1986), y su única hija, Francesca Hilton, que falleció el día de Reyes de 2015. Su hermana Eva había muerto en 1995 y su otra hermana, Magda, en 1997. Todo ese recorrido sentimental, centrado en posibles maridos ricos, lo explicó en el libro How to Catch a Man (1970), para mujeres cazafortunas.
Puede que Hollywood nunca la tomara en serio porque ella nunca se tomó en serio esa faceta de su carrera. Sári nació en Budapest el 6 de febrero de 1917, y en Viena comenzó sus primeros pasos en la actuación. En 1936 fue coronada Miss Hungría, y en 1941 viajó a Estados Unidos, tras los pasos de su hermana Eva. Tras el habitual paso por la televisión y películas de segunda, su debut acreditado en la gran pantalla no ocurrió hasta 1952 con El amor nació en París, junto a Kathryn Grayson. Con Ginger Rogers actuó en la comedia en No estamos casados, y también en ese 1952 relumbró algo más en pantalla con Moulin Rouge, de John Huston.
Siguió con los personajes secundarios en Lili (1953), El rey de circo (1954), Amores de un impostor (1956), Sed de mal (1958) o El hombre que no quiso hablar (1958). Como su popularidad crecía en inversa proporción a sus papeles en el cine, hubo un momento en que empezó a aparecer en las películas como ella misma, en cameos en Pepe (1960) o Jack de diamantes (1967). Y por ahí fue su carrera en los setenta, ochenta y noventa, en películas como Pesadilla en Elm Street 3: los guerreros del sueño (1987), Rústicos en dinerolandia (1993) o El retorno de los Brady (1996).
En 2002 tuvo un terrible accidente de coche, que la dejó un tiempo paralizada. En 2005 sufrió un accidente cerebrovascular. En 2010 se rompió la cadera, sufrió una conmoción cerebral y un año más tarde le amputaron la pierna derecha desde la rodilla por una infección. El pasado mes de febrero volvió a estar ingresada por problemas respiratorios. La mejor definición de Zsa Zsa Gabor la dio ella misma: «Merezco atención no por ningún talento, sino por ser quien soy. Soy famosa por ser famosa». / Con información de ElPais de España