Un padre gastó más de 21 mil libras, el equivalente a 26 mil 618 dólares en una cirugía estética de abdomen e implantes de senos para su hija como un regalo de navidad “adelantado” después de que llegó a 127 kilos tras casi vivir de refrescos.
Hayleigh, una estudiante de Irlanda pero originalmente de Estados Unidos, tomaba cinco grandes botellas de su bebida favorita cada día y llegó a pesar 127 kilos.
Pero después de perder la mitad de su peso corporal el año pasado, la chica quedó con piel excesiva en sus brazos, piernas y estómago.
Como recompensa por su trabajo duro, su amoroso padre gastó casi 14 mil dólares en una abdominoplastía (que sirve para eliminar el exceso de piel, grasa y músculos) y el resto en implantes de senos.
Le terminaron removiendo casi 4 kilos de pura piel.
“Mis cirugías fueron un regalo para mi de mi padre, estoy muy agradecido por lo que hizo por mí” cuenta ella. «Había perdido todo este peso pero tenía estrías y piel suelta, la elasticidad en mi estómago nunca se recuperó».
“Me siento como una persona completamente diferente, antes sufría ansiedad social extrema, pero ahora soy extrovertida y no tengo miedo de expresar mis opiniones». “Siempre soñé con ser delgada desde que era una niña, nunca creí que fuera una realidad”.
Haleigh dijo: “Crecí en un ambiente con un montón de soda, pasteles y luego, más grande el alcohol me jugó una mala pasada”.
Después de un año de combinar dieta sana pero restringida con ejercitar cuatro veces a la semana, bajó 69 kilos.
“Me hice una cirugía para remover el 80% de mi estómago, la idea es que el paciente se llene más rápido”. “Eso me dio mucha más energía, me es menos difícil caminar y cuando subo las escaleras no estoy bufando y resoplando como antes”.
Pero a pesar de su transformación, el problema era el exceso de piel, por lo que su padre, impresionado con la pérdida de peso, pagó por la eliminación de piel y cirugía de mamas.
“Vi como Haleigh se sacrificó, sentí que había hecho todo lo que podía y esta era una manera de ayudarla a alcanzar su meta” dice su padre.
“No creo que la cirugía la haya cambiado como persona, es la misma chica dulce y cariñosa, pero no puedo negar que ahora tiene oportunidades que no tenía antes”.