[dropcap]C[/dropcap]uándo un paciente de su clínica de Miami quiere saber qué tan buen cirujano es, el Dr. Phillip Craft los invita a que vean cómo luce su esposa. Anna, de 43 años, muestra con orgullo todos los “ajustes”, como ella los llama, que le ha hecho su esposo. Y no son pocos: cirugía de mamas, liposucción, retoques en la cintura y el abdomen, levantamiento de gluteos, relleno en mejillas y labios, y Bótox.
La pareja se conoció en 1995 y se casaron dos años más tarde. Por entonces, la mujer no tenía mayor interés en ser muestra de la especialidad de su esposo. Pero luego de convertirse en madre de dos niños, su cuerpo cambió y Anna pensó que quién mejor que el cirujano de la casa para devolverle la autoestima y el cuerpo que sentía perdidos.
Una cirugía no llamaría la atención, quizás dos tampoco. Pero la completa reforma que ha hecho este cirujano de su mujer es llamativa. “Phillip ama rediseñar sus autos deportivos, nuestros muebles y, sobre todo, rediseñarme a mí. Luego de dos niños, decidí dejar que me haga ajustes”, dijo Anna al DailyMail, poniéndose al mismo nivel que los objetos, para que no queden dudas de su cosificación.
La mujer explicó: “Luego de mi primer hijo, sentí que mi figura no era la misma. Estaba ayudando a Phillip en su trabajo y veía a espléndidas mujeres de 60 años con cuerpos increíbles que asistían para operarse. Ahí fue cuando pensé ‘¿Por qué no?’. Quería sentirme mejor conmigo misma y ¡sabía que a Philip le encantaría rediseñarme!”.
“Rediseñar”, sí, esa es la palabra que usa Anna para hablar de los retoques estéticos. A los 32 se realizó su primera cirugía: aumento de busto. Luego, vino una liposucción en la cintura, levantamiento de glúteos y, finalmente, las intervenciones en el rostro.
“Creo que el Bótox y los rellenos son una necesidad básicas para cualquier mujer que haya pasado los 25 años, con el fin de mantener su belleza. Lucir natural no siempre implica ser natural”, expresó Anna.
La mujer asegura que no piensa detenerse con las cirugías, ya que las considera un trámite, comparándolas con ponerse ortodoncia o ir a la peluquería.
¿Y qué opina el cirujano? El Dr. Phillips alienta a su mujer a seguir una dieta saludable y a hacer ejercicio, para que las cirugías se sostengan en el tiempo, sin por esto dejar de estar orgulloso de su trabajo: “Anna tiene ahora una figura muy bella, ella luce absolutamente magnífica. Cuando los clientes vienen, les digo que mi mujer es mi modelo.”. Y ella disfruta de su curiosa cualidad de mujer objeto: “Estoy orgullosa de que me llame su esposa de diseño”.
¡Necesitamos un esposo así!
