[dropcap]E[/dropcap]n abril de este año, el cantante mexicano Luis Miguel decidió hacer una pausa. Un cuadro de laringitis lo llevó a cancelar una serie de conciertos que tenía previstos en México. A esto se le sumaron las críticas de personas que durante mucho tiempo fueron cercanos al cantante -productores, directores discográficos y periodistas- hicieron alegando que hoy está solo.
A esto se le suma la demanda judicial que perdió con su ex asistente,William Brockhaus, por incumplimiento de contrato, teniendo que pagar más de un millón de dólares.
Quien ha decidido tomar el camino inverso es su hija, la modelo y fiashionista mexicana Michelle Salas, que es la portada de la revista Quién de septiembre. «Todo lo que soy me lo he ganado con trabajo», dijo intentando alejarse de la etiqueta de «hijos acomodados».
Con un blog convertido en negocio rentable y una imagen de renombre en el rubro de la moda, Michelle es toda una influencer. Basta ver su cuenta de Instagram para darse cuenta: 287 mil seguidores celebran su belleza y la actitud que tiene de ir por más. Y mientras su padre se encuentra alejado de los reflectores ella se muestra más sexy que nunca.